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La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

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rociaba la cara.

—Angie, soy el doctor Abbott. ¿Cómo te encuentras?

—Na, na, na…

—¿No te acuerdas?

—Yo, yo, yo…

—No pasa nada. Todo saldrá bien. Ven conmigo.

La condujo por el pasillo hasta el puesto de enfermería. Una docena de

pacientes deambulaban por allí como desconcertados, algunos callados, otros

farfullando sílabas, la mayoría tosiendo.

—¡Dios! —masculló Jamie.

Dejó a la flebotomista con el grupo y salió corriendo hacia las salas de

aislamiento. Al llegar, miró a través del doble ventanal. La cama de Carrie estaba

vacía, pero había alguien tirado boca abajo en el suelo, vestido con un equipo de

protección, totalmente inmóvil.

Empezó a ponerse uno de los trajes en el vestuario, pero entonces se detuvo.

¿Qué sentido tenía? Había estado expuesto al virus el primer día y había vuelto a

estarlo hacía un instante. El rostro de Emma apareció flotando ante sus ojos. Si

él se infectaba, ella se quedaría sola. La mera idea le resultaba insoportable, pero

en esos momentos no podía hacer otra cosa. Mientras estuviera en su sano juicio,

él era médico y debía hacer su trabajo.

Abrió la puerta de la sala de aislamiento, se acercó al cuerpo tendido en el

suelo y le dio la vuelta. A través del visor de protección, vio que se trataba de la

enfermera, Martha Harrison. No reaccionó al zarandearla y tampoco parecía

respirar. Rápidamente le desabrochó el traje y le quitó el casco. Su piel era de un

tono azulado oscuro, no tenía pulso y sus pupilas estaban dilatadas. Cuando le

estiró el cuello para comprobar las vías respiratorias, notó cierta rigidez.

Sospechaba que ya se había iniciado el rigor mortis, pero aun así procedió a

practicarle la reanimación. Cada vez que sus labios se posaban sobre los de la

mujer y le insuflaba aire en la boca, pasaba por su mente la expresión «el beso de

la muerte». Continuó con las compresiones torácicas durante un buen rato, en

vano, hasta que se dio por vencido y aceptó el destino de la mujer.

Solo entonces comprobó el indicador del tanque de oxígeno. Estaba vacío.

Jamie supuso que, después de ponerse el traje, la enfermera se habría empezado a

sentir muy confusa, no habría sabido cómo quitarse el casco y se habría asfixiado

cuantío se acabó el oxígeno.

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