29.06.2021 Views

La cura - Glenn Cooper-holaebook-holaebook

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

un artista, no un fotógrafo. Tomémonos ese café y volvamos al trabajo mientras

aún haya luz.

—¿Quién diablos es esa? —preguntó Boris, poniéndose a toda prisa la máscara.

Shaun sonrió un tanto avergonzado.

—Se llama Keisha. Vive en la casita azul de ahí enfrente.

—¿Por qué está en nuestra casa, tío, y por qué no llevas puesta la máscara?

La pequeña se echó a reír al ver los ojos saltones de insecto.

—Estás muy gracioso.

—No hace falta llevar la máscara —explicó Shaun—. Ha estado muchos días

con su madre y no se ha infectado.

—No pienso poner en peligro mi precioso cerebro, tío. Te lo preguntaré otra

vez: ¿por qué está aquí?

—Su madre se ha largado, aunque tampoco es que le sirviera ya de mucho. Se

quedará con nosotros.

—¿Quién lo dice?

—El dueño de la mitad de esta casa.

—¿Te crees que esto es una guardería? ¿Qué quieres que hagamos con una

cría?

Keisha miraba alrededor, tratando de ver algo en la sala en penumbra. Luego

volvió a centrar su atención en Boris.

—No está tan gordo. ¿Conocéis al cartero? Él sí que está gordo.

—Eh, tú, te dije que no lo llamaras gordo.

—No lo he hecho. He dicho que hay gente aún más gorda.

Boris se puso a la defensiva.

—Lo que pasa es que tengo los huesos muy grandes.

—Sí, y el culo también —repuso Shaun, incapaz de resistirse. Preguntó a

Keisha si tenía hambre.

—¿Tienes mantequilla de cacahuete?

—Te prepararé un sándwich de mermelada y mantequilla de cacahuete.

—Y otro para mí —saltó Boris—. Para mis huesos. ¿Y dónde va a dormir?

—Quitaré las porquerías del sofá. Total, ya no puedo jugar con la Xbox.

—¿Por qué? —preguntó Keisha.

—Porque no hay luz, chica. Tengo que encontrar algo para jugar que no vaya

con electricidad.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!