08.04.2013 Views

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

100<br />

Debe ser una novela muy interesante.<br />

-¡Tremenda!<br />

Paul se levantó, riéndose entre dientes, y luego se detuvo, apoyándose en el respaldo de una<br />

silla.<br />

-Si se quiere marchar realmente, señor North, unos amigos suyos se van mañana en el<br />

France. El señor... ¿cómo se llama? y Slim Pearson. El señor... ya me acordaré cómo se<br />

llama, uno alto, que se acaba de dejar barba.<br />

-Yardly -apuntó Abe.<br />

-El señor Yardly. Los dos se van en el France.<br />

Se disponía ya a acudir a su trabajo, pero Abe trató de detenerlo.<br />

-Lo malo es que tengo que pasar por Cherburgo. Allí mandaron mi equipaje.<br />

-Lo puede recoger en Nueva York -dijo Paul, alejándose.<br />

<strong>La</strong> lógica de esa sugerencia fue penetrando gradualmente en la mente de Abe. Cada vez le<br />

entusiasmaba más la idea de que cuidaran de él, o, más bien, de prolongar su estado de<br />

irresponsabilidad.<br />

Entre tanto habían llegado otros clientes al bar. El primero había sido un danés gigantesco<br />

con quien Abe se había encontrado en alguna parte. El danés había tomado asiento en el<br />

otro extremo del salón y Abe suponía que se iba a pasar todo el día allí, bebiendo,<br />

comiendo, charlando o leyendo periódicos. Sintió el deseo de quedarse más tiempo que él.<br />

A eso de las once empezaron a llegar los universitarios, que andaban con mucho cuidado<br />

para no darse unos a otros con las maletas. Fue aproximadamente entonces cuando Abe<br />

hizo que uno de los botones llamara a los Diver. Para cuando consiguió comunicarse con<br />

ellos había logrado comunicarse también con otros amigos, y entonces tuvo la ocurrencia<br />

genial de que todos se pusieran a la vez en teléfonos diferentes, con la consiguiente<br />

confusión general. De vez en cuando se acordaba de que debía ir a sacar a Freeman de la<br />

cárcel, pero éste era un hecho concreto, y de los hechos concretos trataba de zafarse porque<br />

los consideraba parte de la pesadilla.<br />

Hacia la una, el bar se llenó hasta los topes. Los camareros realizaban su trabajo entre la<br />

barahúnda de voces resultante, tratando de que quedara bien claro lo que pedía y lo que<br />

debía pagar cada cliente.<br />

-Con éste son dos stingers... y otro más... dos martinis y otro... ¿usted no quiere nada, señor<br />

Quarterly?... con ésta son tres rondas. Son setenta y cinco francos, señor Quarterly. El señor

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!