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En ese momento se acercaban y Nicole tuvo que escuchar una petición suya de que<br />
impusiera su autoridad sobre la de la institutriz en algo relacionado con el baño.<br />
-No -contestó Dick por ella-. Tenéis que obedecer a Mademoiselle.<br />
Nicole estaba de acuerdo en que había que respaldar la autoridad delegada y no accedió a lo<br />
que le pedían, por lo que Mary, que, al igual que las protagonistas de las novelas de Anita<br />
Loos, sólo hacía frente a los hechos consumados y, de hecho, era incapaz hasta de enseñar a<br />
un perrito de lanas lo que tenía que hacer, miró a Dick como si fuera un ser dominante y<br />
brutal. Dick, exasperado ya por aquella tediosa comedia, le preguntó con burlona solicitud:<br />
-¿Y cómo están tus hijos... y sus tías?<br />
Mary no respondió. Les dejó, pasando antes una mano compasiva por la cabeza reacia de<br />
<strong>La</strong>nier. En cuanto se marchó, Dick dijo:<br />
-¡Cuando pienso en todo el tiempo que empleé en ella!-Yo le tengo cariño -dijo Nicole.<br />
El resentimiento de Dick había sorprendido a Rosemary, que pensaba que era una persona<br />
nada rencorosa y muy comprensiva. De pronto se acordó de lo que le habían dicho de él.<br />
Mientras conversaba en el barco con una gente del Departamento de <strong>Es</strong>tado -<br />
norteamericanos europeizados que habían llegado a una situación en la que ya no parecían<br />
pertenecer a nación alguna, o por lo menos a ninguna de las grandes Potencias, aunque tal<br />
vez sí a algún. <strong>Es</strong>tado de tipo balcánico compuesto de ciudadanos similares-, había surgido<br />
el nombre de la universalmente famosa Baby Warren y alguien había comentado que a la<br />
hermana menor de Baby la había echado a perder un médico disoluto. «No se le recibe ya<br />
en ninguna parte», había dicho aquella mujer.<br />
<strong>Es</strong>a frase inquietó a Rosemary, si bien no le cabía pensar que los Diver se relacionaran en<br />
sociedad de una manera en fa que el hecho aquel, si es que realmente era un hecho, pudiera<br />
tener algún sentido. Pero, no obstante, el eco de una opinión pública organizada y hostil<br />
resonó en sus oídos. «No se le recibe ya en ninguna parte.» Se imaginaba a Dick subiendo<br />
las escalinatas de alguna mansión, mostrando su tarjeta de visita y oyendo que el<br />
mayordomo le decía: «Aquí ya no se le recibe», y luego continuando avenida abajo para<br />
escuchar lo mismo de boca de otros innumerables mayordomos de innumerables embajadores,<br />
ministros y encargados de negocios...<br />
Nicole esta pensando en algún pretexto para marcharse. Suponía que Dick, que tenía un<br />
estímulo para sentirse animado, se iba a mostrar cada vez más encantador para recuperar su<br />
influjo sobre Rosemary y efectivamente, al momento trató de suavizar todas las cosas<br />
desagradables que había dicho:<br />
-Mary está muy bien. Ha sabido hacer muy bien las cosas. Pero resulta difícil seguir<br />
queriendo a alguien que sabes que ya no te quiere.