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Suave Es La Noche

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Dick dedujo que Baby estaba escuchando lo que decían por el fulgor amarillo que había en<br />

sus ojos.<br />

-<strong>Es</strong> una empresa que tenemos que acometer juntos. No te ataría demasiado; te<br />

proporcionaría una base, un laboratorio, un centro. Podrías residir allí digamos la mitad del<br />

año, en los meses de buen tiempo. En invierno te podrías ir a Francia o a América y escribir<br />

tus libros con la nueva experiencia adquirida en la clínica.<br />

Franz bajó la voz:<br />

-Y para la convalecencia que tengan que hacer en tu familia, no hay que olvidar lo<br />

conveniente que puede ser contar con la atmósfera y la regularidad de la clínica siempre a<br />

mano.<br />

Dick no le animó con su expresión a que siguiera enfocando por ahí la cuestión, y Franz se<br />

dio por enterado haciendo un gesto con la lengua y los labios, y luego prosiguió:<br />

-Podríamos ser socios. Yo el administrador y tú el teórico, el brillante asesor y demás. Yo<br />

me conozco: sé que no tengo el talento que tú tienes. Pero se me considera muy capaz a mi<br />

manera; soy muy competente en los métodos clínicos más modernos. Más de una vez he<br />

estado prácticamente al frente de la vieja clínica, a veces durante meses. El profesor dice<br />

que este plan es excelente y me aconseja que no lo deje. Dice que él va a vivir eternamente<br />

y va a seguir trabajando hasta el último momento.<br />

Dick trataba de ver mentalmente las posibilidades de aquel proyecto antes de emitir juicio<br />

alguno.<br />

-¿Y en cuanto al aspecto financiero? -preguntó.<br />

Franz levantó la barbilla, las cejas, las arrugas pasajeras de la frente, las manos, los codos,<br />

los hombros; tensó los músculos de las piernas hasta que se abultó la tela de sus pantalones,<br />

puso el corazón en la garganta y la voz en el paladar.<br />

-¡Ésa es la cuestión! ¡El dinero! -gimió-. Yo tengo poco dinero. El precio en dinero<br />

americano es doscientos mil dólares. Los innovamientos... (no pareció quedarse muy<br />

convencido de la palabra que acababa de acuñar) que convendrás en que es necesario<br />

introducir costarán veinte mil dólares americanos. Pero la clínica es una mina de oro. Te lo<br />

digo yo, que he visto los libros de cuentas. Con una inversión de doscientos veinte mil<br />

dólares tenemos asegurados unos ingresos de...<br />

<strong>La</strong> curiosidad de Baby era tan patente que Dick hizo que tomara parte en la conversación.<br />

-Con tu experiencia, Baby, ¿no has notado que cuando un europeo quiere ver a un<br />

americano muy insistentemente es invariablemente para algo relacionado con dinero?

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