08.04.2013 Views

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

132<br />

Ni conocido, ni olido, ni probado, podría haber añadido; sólo muchachas de mejillas<br />

ardientes en cuartos secretos donde hacía un calor sofocante. <strong>La</strong>s chicas que había conocido<br />

en New Haven en 1914 besaban a los hombres diciendo «Pero ¿qué haces?» y poniéndoles<br />

las manos en el pecho para apartarlos. Y ahora tenía allí a aquella niña extraviada, apenas<br />

salvada del naufragio, que le ofrecía la esencia de todo un continente...<br />

VI<br />

<strong>La</strong> siguiente vez que la vio fue ya en mayo. El almuerzo en Zurich le hizo comprender que<br />

tenía que ser prudente. Era evidente que la lógica de su propia vida tendía a apartarle de la<br />

muchacha; y sin embargo, cuando un desconocido que estaba en una mesa cercana la miró<br />

descaradamente, con unos ojos que brillaban de manera perturbadora, como una luz no<br />

localizada, se volvió hacia él con expresión amenazante -o más bien una versión civilizada<br />

de ésta- e hizo que dejara de mirarla.<br />

-Era un mirón -exclamó divertido-. Sólo estaba mirando su vestido. ¿Cómo es que tiene<br />

tanta ropa?<br />

-Mi hermana dice que somos muy ricos -explicó humildemente- desde que murió la<br />

abuela.<br />

-<strong>Es</strong>tá bien, la perdono.<br />

Tenía los suficientes años más que Nicole como para que le hicieran gracia sus destellos de<br />

vanidad y pequeños placeres juveniles, como, por ejemplo, el esbozo de pausa que hizo<br />

ante el espejo del vestíbulo al salir del restaurante para que el incorruptible azogue le<br />

devolviera su propia imagen. Disfrutaba viéndola mover las manos como si alcanzara a tocar<br />

nuevas octavas ahora que se sentiría hermosa y rica. Trató sinceramente de que no se<br />

obsesionara con la idea de que su cambio se lo debía a él y se alegraba de que cada vez se<br />

sintiera más feliz y segura de sí misma sin su ayuda. El problema era que Nicole terminaba<br />

por ponerlo todo a sus pies, le entregaba la ambrosía del sacrificio, el mirto del culto.<br />

En la primera semana del verano Dick estaba instalado de nuevo en Zurich. Había ordenado<br />

sus ensayos y los nuevos trabajos que había escrito mientras estaba en el ejército, de forma<br />

que le sirvieran de base para su revisión de Psicología para psiquiatras. Creía haber<br />

encontrado editor y se había puesto en contacto con un estudiante pobre que le iba a<br />

corregir los errores que tuviera en alemán. Franz opinaba que era un trabajo demasiado<br />

apresurado, pero Dick, para convencerle, le hizo ver que el tema tenía pocas pretensiones.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!