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Suave Es La Noche

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-Tus amigos te aprecian todavía, Dick. Pero en cuanto bebes unas copas dices cosas<br />

espantosas. <strong>Es</strong>te verano me he pasado casi todo el tiempo defendiéndote.<br />

-Ésa es una de las frases más célebres del doctor Eliot.<br />

-Pero es cierto. A nadie le importa que bebas o no bebas, pero...<br />

Vaciló un instante y luego continuó.<br />

-Pero Abe, incluso cuando más había bebido, no ofendía nunca a la gente como tú la<br />

ofendes.<br />

-Sois todos tan aburridos -dijo Dick.<br />

-¡Pero somos todo lo que hay! -exclamó Mary-. Si no te gusta la gente bien, prueba a<br />

relacionarte con otro tipo de gente y verás. <strong>La</strong> gente lo único que quiere es pasarlo bien, y si<br />

vas y les creas problemas, te quedas sin comer.<br />

-¿<strong>Es</strong> que me han dado de comer? –preguntó Dick.<br />

Mary lo estaba pasando bien, aunque no lo sabía, pues sólo se había sentado con él por<br />

miedo. Volvió a rechazar una bebida y dijo:<br />

-Lo que hay detrás de eso es falta de voluntad. Después de lo de Abe, ya te podrás imaginar<br />

lo que pienso. Después de ver cómo un buen hombre se precipitaba hacia el alcoholismo...<br />

<strong>La</strong>dy Caroline Sibly-Biers bajaba las escaleras a paso rápido con alegría teatral.<br />

Dick se sentía bien. Teniendo en cuenta la hora que era, iba muy adelantado. Había llegado<br />

ya al estado en que normalmente se encuentra uno después de una buena cena y, sin<br />

embargo, sólo mostraba por Mary un interés de buena fe, lleno de consideración y reserva.<br />

Sus ojos, que de momento eran tan puros como los de un niño, le estaban pidiendo que se<br />

solidarizara con él, y sintió que se apoderaba de él la vieja necesidad de convencerla de que<br />

él era el último hombre sobre la tierra y ella la última mujer.<br />

Y así no tendría que mirar aquellas dos siluetas de un hombre y una mujer, blancas y negras<br />

y metálicas contra el cielo...<br />

-Antes me tenías cariño, ¿no? -preguntó Dick.<br />

-¿Que si te tenía cariño? ¡Te adoraba! Todo el mundo te adoraba. Podías haber<br />

conseguido a quien hubieras querido sólo con proponértelo.<br />

-Siempre hubo algo entre tú y yo.<br />

Ella mordió el anzuelo con avidez.

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