08.04.2013 Views

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

Suave Es La Noche

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

52<br />

había lanzado a las cumbres inexploradas de Hollywood. Lo que tenían en común, y las<br />

diferenciaba de tantas otras mujeres norteamericanas, era que todas se sentían felices de<br />

existir en un mundo de hombres: conservaban su individualidad a través de los hombres y<br />

no en oposición a ellos. <strong>La</strong>s tres habrían podido ser igualmente excelentes cortesanas o<br />

excelentes esposas, y lo que decidía que fueran una cosa u otra no era el accidente de su<br />

origen sino el accidente aún mayor de encontrar al hombre que necesitaban o no<br />

encontrarlo.<br />

A Rosemary le había parecido muy agradable aquella comida, sobre todo porque eran sólo<br />

siete personas, más o menos el límite para que todo el mundo pueda estar a gusto. Tal vez<br />

también el hecho de que ella representara una novedad en su mundo era como un agente<br />

catalizador que hacía desaparecer todas las viejas reticencias que pudiera haber entre ellos.<br />

Después de que todos se levantaran de la mesa, un camarero guió a Rosemary hasta esa<br />

oscura recámara que hay en todos los restaurantes franceses, en donde buscó un número de<br />

teléfono a la luz mortecina de una bombilla anaranjada y llamó a Franco-American Films.<br />

Sí, claro que tenían una copia de <strong>La</strong> niña de papá. De momento no estaba disponible, pero<br />

se la podrían pasar esa misma semana en el 341 de la Rue des SaintsAuges. Tenía que<br />

preguntar por el señor Crowder.<br />

Aquella especie de cabina daba al guardarropa y, al colgar el teléfono, Rosemary oyó a dos<br />

personas que hablaban en voz baja a menos de dos metros de distancia de donde ella estaba,<br />

al otro lado de la hilera de abrigos.<br />

-¿De verdad me quieres?<br />

-¡No sabes cuánto!<br />

Era Nicole. Rosemary se quedó en la puerta de la cabina sin atreverse a salir. Enseguida<br />

oyó la voz de Dick que decía:<br />

-Te deseo terriblemente. Vámonos al hotel ahora mismo.<br />

Nicole dejó escapar un pequeño suspiro entrecortado. Por un momento Rosemary no pudo<br />

entender nada de lo que hablaban, pero el tono era suficiente. Hasta ella llegaban las<br />

vibraciones de aquella intimidad total.<br />

-Te deseo.<br />

-<strong>Es</strong>taré en el hotel a las cuatro.<br />

Rosemary se quedó sin aliento mientras las voces se alejaban. Su primera reacción había<br />

sido de sorpresa incluso, pues siempre les había visto relacionarse entre sí como si ninguno<br />

de los dos le exigiera nada al otro, como si su relación fuera más fría. Aquello le había<br />

causado una gran emoción, honda y no identificada. No sabía si lo que había pasado le

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!