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Suave Es La Noche

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<strong>La</strong>s miró como si realmente creyera en su inocencia, aunque sabía perfectamente que no<br />

tenían nada de inocentes, y movió la cabeza:<br />

-¡Qué historia tan disparatada!<br />

<strong>La</strong>dy Caroline sonrió satisfecha.<br />

-Usted es un médico de locos, ¿no? Debería poder ayudarnos. Y Gausse tiene que<br />

ayudarnos.<br />

Dick hizo un aparte con Gausse para que éste le contara todo lo que había averiguado. El<br />

asunto era más serio de lo que parecía: una de las chicas que se habían llevado a la pensión<br />

pertenecía a una familia respetable. <strong>La</strong> familia estaba furiosa, o fingía estarlo; tendrían que<br />

llegar a algún tipo de arreglo con ella. <strong>La</strong> otra, una chica del puerto, les planteaba menos<br />

problemas. Según las leyes francesas, un delito de aquel tipo podía suponer la cárcel para el<br />

que fuera declarado culpable o, en el mejor de los casos, la expulsión del país. Para acabar<br />

de complicar las cosas, cada vez había una diferencia más marcada entre la actitud hacia la<br />

colonia extranjera de los elementos de la población local a los que la presencia de aquélla<br />

beneficiaba y la del resto de la población, descontento por la subida de precios que esa<br />

presencia había provocado, cuya tolerancia tendía a ser mucho menor. Una vez resumida la<br />

situación, Gausse dejó el asunto en manos de Dick. Éste solicitó entrevistarse con el<br />

comisario.<br />

-Usted sabe que el Gobierno francés quiere fomentar el turismo norteamericano. Hasta tal<br />

punto que este verano salió una orden en París de que no se puede detener a los<br />

norteamericanos salvo por los delitos más graves.<br />

-Éste es bastante grave.<br />

-Pero mire. ¿Tiene usted sus documentos de identidad?<br />

-No tenían ninguno. No llevaban nada: doscientos francos y unos anillos. ¡Ni siquiera unos<br />

cordones en los zapatos con los que podrían haberse ahorcado!<br />

Aliviado al ver que no llevaban documentos de identidad, Dick prosiguió.<br />

-<strong>La</strong> condesa italiana sigue siendo ciudadana de los <strong>Es</strong>tados Unidos. <strong>Es</strong> nieta de...<br />

Pausadamente y en tono muy solemne improvisó una sarta de mentiras.<br />

-... de John D. Rockefeller Mellon. ¿Ha oído hablar de él?<br />

-Pero claro, pero claro. ¿Por quién me toma?<br />

-Y además es sobrina de Lord Henry Ford y por tanto tiene vínculos muy estrechos con la<br />

Renault y la Citröen.

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