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Suave Es La Noche

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74<br />

cariño que existía entre su madre y ella. El que una persona tenga tanto que dar a los demás,<br />

¿no indica acaso una falta de intensidad en sus relaciones más intimas?<br />

-Y estoy hablando de amor -dijo él, adivinando sus pensamientos-. Amor activo. <strong>Es</strong><br />

demasiado complicado para explicarlo. Fue la causa de ese duelo absurdo.<br />

-¿Cómo sabes lo del duelo? Se suponía que no debíais enteraron.<br />

-¿Crees acaso que Abe puede guardar un secreto? -dijo en un tono muy mordaz-. Anuncia<br />

un secreto por la radio. Publícalo en la prensa sensacionalista. Pero jamás se lo confíes a un<br />

hombre que beba más de tres o cuatro copas al día.<br />

Ella asintió riendo, apretada contra él.<br />

-O sea que, como ves, mis relaciones con Nicole son complicadas. Ella no es muy fuerte.<br />

Lo parece pero no lo es. Y esto nuestro viene a complicar las cosas todavía más.<br />

-¡Oh, deja todo eso para más tarde! Ahora bésame. Quiéreme ahora. Te querré sin que<br />

Nicole pueda darse cuenta.<br />

-¡Cariño!<br />

Llegaron al hotel. Rosemary andaba ligeramente rezagada para contemplarlo con<br />

admiración, con adoración. Él caminaba a un paso muy vivo, como si acabara de hacer<br />

cosas importantes y se apresurara a hacer otras. Organizador de diversiones privadas,<br />

guardián de una felicidad incrustada de riquezas. Su sombrero era la perfección misma y<br />

llevaba un pesado bastón y guantes amarillos. Rosemary pensó que al estar con él todos lo<br />

iban a pasar muy bien esa noche.<br />

Comenzaron a subir a pie los cinco tramos de escalera. En el primer rellano se detuvieron<br />

para besarse. Rosemary se mostró prudente en el segundo rellano y más todavía en el tercero.<br />

Ya sólo quedaban dos. Antes de llegar al cuarto se detuvo y le dio un beso fugaz de<br />

despedida. Ante su insistencia, bajó con él un instante al rellano anterior. Otra vez a subir.<br />

Por fin había que despedirse. Alargaron las manos por encima de la baranda hasta tocarse y<br />

desenlazaron los dedos lentamente. Dick volvió a bajar al vestíbulo para hacer algunos<br />

arreglos para la noche. Rosemary se precipitó a su cuarto y le escribió una carta a su madre.<br />

Tenía mala conciencia porque no la echaba de menos en absoluto.<br />

XVIII

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