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Suave Es La Noche

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-¿Ah sí? ¿Qué tipo de negocio?<br />

-Vendo periódicos.<br />

El contraste entre el aspecto amenazador de aquel hombre y lo inofensivo de su profesión<br />

tenía algo de ridículo, pero él lo arregló diciendo:<br />

-Pero no te preocupes. El año pasado hice mucho dinero. Diez o doce francos por un<br />

Sunny Times que cuesta seis.<br />

Sacó un recorte de periódico de una billetera gastada y se lo pasó al que se había convertido<br />

en compañero de paseo. Era una caricatura en la que aparecía un numeroso grupo de<br />

americanos bajando por la pasarela de un trasatlántico que llevaba un cargamento de oro.<br />

-Doscientos mil, que se gastan diez millones en un verano.<br />

-¿Qué está haciendo aquí en Passy?<br />

Su acompañante miró en torno suyo con aire cauteloso.<br />

-Películas -dijo en tono misterioso-. Hay unos estudios americanos ahí y siempre necesitan<br />

gente que sepa hablar inglés. <strong>Es</strong>toy esperando una oportunidad.<br />

Dick se lo quitó de encima enseguida con firmeza. Era evidente que Rosemary se le debía<br />

haber escapado en una de Lis primeras vueltas que había dado a la manzana, o bien se<br />

habría marchado antes de que él llegara. Entró en el bar de la esquina, compró una ficha de<br />

teléfono y, apretado en un hueco que había entre la cocina y el sucio retrete, llamó a Roi<br />

George. Se reconoció en la respiración los síntomas descritos por el doctor Cheyne y el<br />

doctor Stokes, pero, como todo lo demás, los síntomas sólo le sirvieron para concentrarse<br />

en la emoción que sentía. Dio el número de habitación y, a la vez que sostenía el teléfono,<br />

echó una ojeada en el bar. Pasado bastante tiempo, oyó una extraña vocecita que decía hola.<br />

-Soy Dick. Tenía que llamarte.<br />

Hubo una pausa, tras la cual, armada de valor y en un tono que denotaba la misma emoción<br />

que sentía él, respondió Rosemary:<br />

-Me alegro de que lo hayas hecho.<br />

-Vine a buscarte a los estudios. <strong>Es</strong>toy en Passy, justo en la acera de enfrente. Se me ocurrió<br />

que podíamos ir a dar una vuelta por el Bois.<br />

-¡Oh! Sólo estuve ahí un minuto. ¡Cuánto lo siento! Luego, un silencio.<br />

-Rosemary.<br />

-Sí, Dick.

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