Revista (PDF) - Universidade do Minho

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DIACRÍTICA
«Enfermedad que bajo la aparente energía oculta la desgana, la
fatiga de seguir viviendo en tensión, en la tensión idealista del habitante
de dos mundos. La fatiga de este consubstancial idealismo puede
llamarse pragmáticamente, necesidad de inmediato, de destruir
el horizonte para que todo esté al alcance de la mano; embriaguez
que haga olvidar la distancia insalvable entre las dos ciudades, la de Dios
siempre en el horizonte, y la de la tierra, siempre en edificación, que
anule también la diferencia entre los dos hombres, entre el hombre
concreto y el siempre naciente . La anulación totalitaria
de la distancia, de la distinción entre . Barbarie monista, falsificada mística que suplanta a la permanente
esperanza de resurrección y a la consubstancial utopía creadora.
Cansancio de la lucidez y del amor a lo imposible y abandono del saber
más peculiar del hombre europeo: el saber vivir en el fracaso.» (p. 64-65).
E vennos á cabeza a súa definición de utopía en Filosofía e Poesía:
«Entiendo por Utopía la belleza irrenunciable, y aún la espada
del destino de un ángel que nos conduce hacia aquello que sabemos
imposible».
Indo cara unha reflexión final, suliñaremos, que a concepción da
historia, da política, e do vivir con plena responsabilidade ética o
momento histórico que a un lle toca «no tempo» é algo ineludibel para
Zambrano. Trala súa crítica á racionalidade, á modernidade, trala súa
crítica cultural e política de Europa e Occidente, achamos un pensamento
vivo que considera que «os instantes de lucidez» liberan á fatalidade,
son instantes que se dan tanto na conciencia persoal como
nunha historia non «criminal» non «sacrificial». Pero tamén trasmite
a idea de que a historia debe deixar de ser o lugar exclusivo do afán
absoluto, racionalizador e realizador das esperanzas: «algo máis ca
historia e a política», e decir, a vía espiritual, creadora, mística, pero
dunha conciencia «lúcida e desperta», condicións vitais dunha política
da liberdade, no tempo que nos toca vivir. Condicións éticas e ontolóxicas
que farán posible o abandono do «sacrificio», máis alá do liberalismo,
do neoliberalismo e do conservadurismo, pois Zambrano aposta
por unha vía ética e política, tamén, como desenvolve en Persona y
Democracia. (1958). No prólogo de 1987, dínos:
«La crisis de Occidente» ya no ha lugar apenas. No hay crisis, lo
que hay más que nunca es orfandad. Oscuros dioses han tomado el
lugar de la luminosa claridad, aquella que se presentaba ofreciendo ala
historia, al mundo, como el cumplimiento, el término de la historia sacrificial.
Hoy no se ve ya el sacrificio: la historia se nos ha tornado en un
lugar indiferente donde cualquier acontecimiento puede tener lugar con
la misma vigencia y los mismos derechos que un Dios absoluto que no
permite la más leve discusión».