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v. La familia con hijos adolescentes - M-cano.com

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150 José Antonio Ríos González<br />

de muchas experiencias que el hijo va registrando en silencio. Si todo ha ido<br />

bien, la apariencia de tranquilidad y normalidad impide plantearse el tema de<br />

hasta dónde han influido padre y madre en la vida del hijo. Sólo cuando lIalgoll<br />

no ha ido bien -<strong>con</strong>forme a los procesos ya indicados en los ciclos vitaJes<br />

anteriores- se va a notar este desajuste. <strong>La</strong> experiencia clínica lo demuestra de<br />

modo palpable y <strong>con</strong> evidencia agresiva: no hay vinculación, no hay dependencia<br />

sana al tiempo que la independencia que se pretende pierde también<br />

niveles de salud mental.<br />

<strong>La</strong> raíz de este hecho es muy <strong>com</strong>pleja, pero tal vez ayude a clarificar lo que<br />

encierra en sí, el planteamiento que hace JULIAN MARIAS (1980) cuando habla<br />

del Ilespesor histórico ll que necesita el hijo. Nada mejor que sus propias<br />

palabras: IILos padres tienen que presentar su realidad ante los <strong>hijos</strong> para que<br />

sepan quiénes son, quiénes son este hombre y esta mujer que encuentro en<br />

casa, que por lo visto son mis padres, y cuál es su vida, cuál es y qué sentido<br />

tiene. Esto, naturalmente, no se puede explicar. Los padres no pueden dar un<br />

curso a los <strong>hijos</strong> sobre quiénes son; lo único que pueden hacer es <strong>con</strong>tar cosas.<br />

Cuando los padres cuentan cosas, entonces ponen en juego la forma suprema<br />

de razón vital, que es razón narrativa; entonces <strong>con</strong>siguen inyectar en los <strong>hijos</strong><br />

su propia realidad 11 , para añadir que 1110 más grave y lo que obliga a cambiar las<br />

posibilidades de diálogo es la crisis de la adolescencia, en virtud de la cual el<br />

hijo empieza a vivir desde sí mismo, ya que no vive desde los padres, ya que<br />

no vive desde el ambiente <strong>familia</strong>r o desde la tradición <strong>familia</strong>r o desde la<br />

escuela. Se cree que vive desde sí mismo, pero no es verdad, tal vez menos<br />

que nunca, pero cree que vive desde sí mismo; vive desde sus coetáneos".<br />

Basta por ahora lo más relacionado <strong>con</strong> la etapa evolutiva. Porque a otros<br />

aspectos de la identidad habrá que dedicarle un nuevo espacio al hablar de<br />

algunos problemas específicos de la dinámica <strong>familia</strong>r.<br />

<strong>La</strong> adolescencia en el <strong>con</strong>texto <strong>familia</strong>r<br />

<strong>La</strong> integración de vivencias internas y externas en que puede <strong>con</strong>cretarse el<br />

proceso de identidad personal, no se realiza de un modo aislado. El adolescente<br />

va creciendo en un <strong>con</strong>texto y ese <strong>con</strong>texto debe dar una serie de respuestas.<br />

Una vez más hay que aludir aquí a la necesidad de plantear la visión de la<br />

adolescencia desde presupuestos sistémicos. Porque lo que ocurre en el<br />

adolescente no sucede porque el sujeto esté en esa etapa de transición y crisis<br />

de identidad únicamente. Hay cosas que suceden de un modo determinado

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