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v. La familia con hijos adolescentes - M-cano.com

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160 José Antonio Ríos González<br />

• Aceptar que el adolescente resulta aun <strong>com</strong>plicado porque el adulto que<br />

está junto a él no está preparado para darle tiempo, interés y dedicación.<br />

y todo ello es lo que <strong>con</strong>stituye un elemento básico para asegurar que el<br />

adolescente se sienta re<strong>con</strong>ocido <strong>com</strong>o persona <strong>con</strong>creta que es valorada<br />

por el mundo de los adultos.<br />

VI. <strong>La</strong> <strong>familia</strong> <strong>con</strong> <strong>hijos</strong> jovenes y la rotura de dependencias<br />

Aunque el tema de los límites cronológicos de las distintas edades ha de estar<br />

siempre en revisión, parece que el <strong>com</strong>ienzo de la edad juvenil puede situarse<br />

en el momento en que el adolescente tiene casi <strong>con</strong>solidada la propia identidad.<br />

No puede fijarse un tipo intemporal de adolescente, <strong>com</strong>o tampoco puede<br />

hacerse así <strong>con</strong> respecto a lo que es el joven. No hace muchos años al hablar<br />

de un joven, cualquier adulto tenía la imagen de una persona <strong>com</strong>prendida entre<br />

los 16/17 y los 24/25 años. Hoy no vale tal imagen. Si la adolescencia no puede<br />

ser separada de un <strong>con</strong>texto sociológico y <strong>familia</strong>r, lajuventud queda igualmente<br />

encuadrada en el mismo marco social, sometida, por otra parte, a una cultura<br />

entretejida de costumbres, usos coyunturales, modas y transformaciones que<br />

no resultan fáciles de objetivizar para darles mayor <strong>con</strong>sistencia y rigor.<br />

<strong>La</strong> etapa adolescente se amplia cada vez más, ya sea porque la misma<br />

<strong>com</strong>petitividad social obliga a ampliar mucho más el período clásico de escolaridad,<br />

ya porque la misma preparación humana y técnica que requiere el mundo<br />

moderno hace que el descubrimiento de la intimidad y la forja de la identidad<br />

Cquién soyll,lIqué quiero ll , IIde qué soy capaz ll ) se realice <strong>con</strong> mayores exigencias<br />

de maduración y respuestas típicamente adultas. Quiero decir <strong>con</strong> ello que<br />

la llamada vida escolar (preescolar, Primaria, Formación Profesional, o elecciones<br />

a nivel universitario) ocupan un arco de edades cada vez más amplio en<br />

cantidad y más riguroso en calidad.<br />

No obstante estas coordenadas inevitables, y a nivel operativo, se hace<br />

necesario fijar algunos límites. Resaltando una vez más la necesidad de un<br />

criterio flexible en el momento de precisar edades que estima ERICKSON <strong>com</strong>o<br />

centrales en los estadios sexto y séptimo de sus fases de desarrollo psicoafectivo<br />

y que, a su vez, abarcan los <strong>con</strong>flictos de base <strong>con</strong>stituidos por los polos<br />

lIintimidad-aislamiento ll (sexto ciclo vital) y IIgeneratividad-estancamientoll (séptimo<br />

ciclo vital), pasos necesarios para la edad adulta.<br />

El <strong>com</strong>ienzo de la edad juvenil, por tanto, podría ponerse en los 17 años<br />

aproximadamente <strong>con</strong> un final alrededor de los 20/21 años que es el momento

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