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v. La familia con hijos adolescentes - M-cano.com

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Manual de Orientación y Terapia Familiar 201<br />

estas primeras experiencias, al tiempo que afecta al modo de saber sobre lo<br />

que es la verdadera raíz de la afectividad. Los descubrimientos realizados en<br />

este plano ofrecen puntos de reflexión para restablecer el ligamen perdido o roto<br />

entre la infancia humana y la infancia animal.<br />

Desde una dimensión teórica, tales <strong>con</strong>clusiones han empujado a muchos<br />

psicoanalistas a abandonar los métodos clásicos de tal teoría, ya que un punto<br />

crucial de las mismas reside en que la dependencia emocional -denominada<br />

ahora apego- es algo que se aprende.<br />

<strong>La</strong> aplicación de la teoría del apego al estudio de las relaciones interpersonales<br />

en el niño lleva a admitir que la necesidad de afecto es algo innato que no precisa<br />

aprendizaje. Siguiendo el hilo de las investigaciones de HARLOW (1958)<br />

podemos afirmar lo siguiente:<br />

• <strong>La</strong> satisfacción de las necesidades de alimentación no tiene el papel<br />

principal que se le atribuye.<br />

• En el neonato la necesidadde <strong>con</strong>tacto, así <strong>com</strong>o la búsqueda de cercanía<br />

<strong>con</strong> la madre, prevalece sobre la tensión del hambre.<br />

• Desde el nacimiento, lo que denominamos afecto o amor no se nutre<br />

esencialmente de leche material, sino que hay otros <strong>com</strong>ponentes más<br />

radicales y profundos que <strong>con</strong>tribuyen, tanto al desarrollo físico del neonato<br />

<strong>com</strong>o a su despliegue emocional y afectivo.<br />

• Parece que tales hechos son perfectamente localizables en la <strong>con</strong>ducta<br />

del neonato humano (BOWLBY, SPITZ, AJURIAGUERRA, entre otros).<br />

El apego, desde tal perspectiva, es una tendencia original y permanente a<br />

buscar la relación <strong>con</strong> los otros, tal y <strong>com</strong>o se manifiesta en el <strong>con</strong>texto etológico<br />

en que se ha <strong>con</strong>statado el hecho, quedando arraigada tal idea por la presencia<br />

de estructuras neurofisiológicas que la explican adecuadamente. .<br />

Por todo ello, en lo que aquí denomino <strong>con</strong>tacto perfectivo <strong>con</strong> la madre no<br />

sólo hay <strong>com</strong>ponentes fisiológicos que desencadenan <strong>con</strong>ductas de acercamiento<br />

por necesidad de satisfacer tensiones derivadas de carencias <strong>com</strong>o<br />

puede ser el hambre, sino que hay <strong>com</strong>portamientos que se desvinculan e<br />

independizan de las simples necesidades fisiológicas para situarse en el plano<br />

de la búsqueda de interacción y cooperación <strong>con</strong> los semejantes. El <strong>con</strong>tacto<br />

físico, la búsqueda de satisfacción piel-a-piel, la serie de gratificaciones a base<br />

de renuncias en las necesidades primarias de alimento, ponen de relieve que<br />

el sujeto no actúa movido por algo que está exclusivamente en él <strong>com</strong>o sujeto<br />

aislado, sino que se <strong>com</strong>porta y actúa <strong>com</strong>o ser-vinculado-a-otros, relacionado-

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