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v. La familia con hijos adolescentes - M-cano.com

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666 José Antonio Ríos González<br />

negativos sobre el buen trabajo terapéutico. Finalmente, disminuye el rendimiento<br />

y la eficacia o éxito de la terapia, poniendo gérmenes que pueden<br />

<strong>con</strong>ducir al fracaso o al rechazo.<br />

<strong>La</strong>s emociones aparecen y desaparecen en un escaso margen de tiempo. Su<br />

aparición es intensa y no gradual y suele producir angustia <strong>con</strong> sus efectos<br />

<strong>con</strong><strong>com</strong>itantes, aparte de reacciones somáticas que son características de<br />

cualquier estado emocional, en forma de incertidumbre, pavor, defensa ante la<br />

amenaza, necesidad de huir o apartarse del "objeto ll<br />

que la provoca o, en el<br />

polo opuesto, acercarse a dicho "objeto". <strong>La</strong>s emociones se manifiestan en<br />

forma de Ilrespuestas primarias" en las que se <strong>con</strong>sigue una liberación de<br />

energía que no es fácil de manejar. Un efecto inmediato de las emociones es<br />

la pérdida de Ilneutralidad ll<br />

y lIequilibrio ll<br />

por parte del terapeuta, des<strong>com</strong>pensando<br />

el <strong>con</strong>trol de los estados afectivos que pone en marcha. A veces puede<br />

derivar hacia trastornos de la percepción por la angustia ante su no-<strong>con</strong>trol. El<br />

rendimiento y la eficacia terapéutica queda muy disminuido mientras dura su<br />

presión sobre el terapeuta.<br />

<strong>La</strong>s pasiones o pulsiones polarizan todo el potencial afectivo que las sustenta<br />

<strong>con</strong> el desencadenamiento de pérdida de equilibrio, limitación de la capacidad<br />

de enjuiciar la realidad y del sentido crítico ante lo que se <strong>con</strong>templa. El terapeuta<br />

puede verse <strong>con</strong>fundido intelectualmente, arrastrado por una <strong>com</strong>pulsividad<br />

para actuar de manera inmediata y no regulada por la reflexión. <strong>La</strong> lucha interna<br />

que se desencadena es muy fuerte y al tener un bajo tiempo de latencia, se<br />

actúa <strong>con</strong> menor precisión en la elección de respuesta y se <strong>com</strong>ete mayor<br />

número de errores. Por la misma razón la información se analiza peor y la<br />

eficacia terapéutica queda más reducida. Es evidente que para la <strong>familia</strong> los<br />

resultados positivos quedan muy mediatizados: la <strong>con</strong>ducta del terapeuta se<br />

sitúa en una simple descarga sin objetivo <strong>con</strong>structivo. El sentimiento de culpa<br />

y autorreproche suele aparecer muy pronto en el terapeuta.<br />

Una adecuada utilización del mundo de los sentimientos en la terapia debe<br />

hacerse mediante una metodología que ayude a su mejor canalización. Creemos<br />

<strong>con</strong>veniente fijar estas <strong>con</strong>diciones:<br />

a. Describir y clasificar las reacciones afectivas ante el clima emocional que<br />

se crea en la sesión de terapia.<br />

b. Distinguir bien los sentimientos removidos apenas vayan apareciendo<br />

durante la misma sesión.<br />

c. El equipo terapéutico, o el otro terapeuta cuando se trabaja en coterapia,<br />

puede estar atento a derivar hacia esferas más <strong>con</strong>structivas cuanto

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