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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Reforma: y no la pretendiendo entonces, se pudiera entibiar su fervor, y quedarse
como de antes.
Resuelto al fin en hablarle, lo hizo en el convento de Santo Domingo adonde
estaba el Abad para decir misa y continuar su jornada. Propúsole su deseo pidiéndole
con lágrimas, demostración a que no le obligó la muerte de su mismo padre,
terciase con el P. Prior le admitiese en la Reforma. Con esto se despidieron: uno
llevando a su cargo tratar el negocio de veras y el otro quedando cargado de esperanzas.
CAPÍTULO XXII.
Dilátase la respuesta y va a Lisboa a buscarla.
Mientras esperaba, y no venía la respuesta al nuevo pretendiente, descubrió a
su hermano el clérigo lo que por él había pasado aquellos dias. El lo estimo con
tantas veras, como quien veía echados los cimientos a lo que deseaba. Dióse mil
parabienes de su enfermedad, porque confió había sido medio para que su hermano
cobrase en el alma salud: y dando a Dios muchas gracias, en nombre suyo comenzó
a dar luz a su hermano de cómo debía de gobernarse, enseñándole a tener oración y
otros ejercicios espirituales con que cobró alientos de alguna vida aquel espíritu,
mortal hasta entonces con el veneno de los malos hábitos. Dióle nuestro Señor algún
aliento para embestir al armado escuadrón de sus pasiones, negándose con poca
dificultad su gusto en algunas cosas que pocos dias antes le tenían robados los ojos
y rendido el corazón.
Idolillos de su corazón eran unos cuadernos de obras poéticas, a las cuales como
a hijas de su ingenio de que él era muy desvanecido, tenía asida tan fuertemente
el alma, que parece se podía este asimiento calificar por locura. Una noche, pues,
conociendo el vano empleo de su amor en esta parte, fuese adonde tenía su poético
tesoro, cogió los cuadernos, llevólos a parte retirada, y quemándolos hizo carbón su
tesoro: acción que un mes antes no fuera fácil el acabarla consigo.
Con esto pasó el Septiembre, término de las vacaciones y de su licencia. Partió
para su convento, y corno no había tenido respuesta de su pretensión, fué por Lisboa
a buscarla con gasto, y rodeo de 20