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DÉCADA XI. CAPÍTULO SEGUNDO. ARTÍCULO 2 145
tocaba dar medidas acerca de la fábrica del templo de Bogotá y proveer algo
sobre la marcha de los estudios en el colegio. Entendiendo en lo cual, llegó a redactar
algunas actas muy convenientes, cuyo contenido se reduce a estos puntos: interesaba
a todos poner remate a las obras de Bogotá, y a juzgar por la grande actividad
que desplegaba el P. Provincial, Fr. Juan de San Guillermo, a éste parece que le
interesaba exclusivamente. El procurar fondos para la obra era el asunto capitalísimo,
y tanto, que, si no se recurría a todos los medios, fracasaría la empresa. La implantación
de los estudios en Bogotá resultó asunto en que se ocupó también este
Capítulo, tratando de abrir a la corriente del coristado más amplio cauce. Porque ha
de saberse que parte de los estudios, los cursos de teología, por lo menos, se hacían
en Bogotá desde 1687, razón por la cual se comprende que en los Capítulos no
había nombramientos de Priores y Subpriores, sino de Rectores y Vicerrectores.
Notaban los prelados que los estudiantes de El Desierto, al llegar a cierta época,
sentían como ansias de nuevos horizontes y de clima más confortable, por más que
al de aquel convento nada le falta en orden a este fin. Es que el aislamiento completo
de la sociedad en el primer período de la vida, si es buen factor para afianzar la
obra de la vocación, deja de producir buenos efectos cuando se prolonga demasiado:
las realidades de la vida contra las que después han de luchar nuestros religiosos,
cuya institución eremítica fué convertida en misionista y apostólica, si son tapadas
totalmente, rigurosamente, con el velo del secreto, estimulan demasiado el
lado flaco del corazón que quiere conocerlas, y cuando de repente está uno frente a
frente con ellas, atacan los sentidos con impresión violenta: el alma acostumbrada
por largos años a la serenidad del ambiente conventual se congestiona si se asoma
de repente a los ventisqueros del mundo. Todo depende de la prudencia en la dirección
educadora, según sea el papel que tengamos que llenar en el escenario de la
vida.
Teniendo presentes tales cosas, así como la razón del saludable clima de Bogotá
para los ejercicios intelectuales, y otras ventajas que se seguían de presentar a las
gentes una comunidad lucida y observante, y de hacer acto de presencia en la capital,
trasladaron nuestros antepasados los estudios superiores al que fué desde el año
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