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DÉCADA XI. CAPÍTULO TERCERO. ARTÍCULO 6 223
duro contra los que pretendían introducir ciertas modificaciones en el vestido
usando ribetes y borlas en el sombrero y cierto género de calzado.
Activísimo también se mostró en el asunto de la demolición del hospicio obviando
los inconvenientes que entorpecían la salida del P. Procurador a los reinos
de España. Cuánto sufriese el bendito hijo de San Agustín al ver anulados todos sus
estuerzos por el bien de aquella casa, no es dable ponderarlo. Aquel que estimare a
su Provincia como la estimaba el P. Andrés: aquel que se desviviere por el bien
común como este Padre, podrá penetrar en el muy atribulado pecho de este Provincial
y conocer la grandeza de sus dolores. Tanta fué, que llegó a enfermar gravemente.
Por esta razón de la enfermedad y por aguardar un día y otro día con creciente
afán el regreso del P. Procurador con las diligencias bien evacuadas para el
restablecimiento del hospicio, no se celebró el Capítulo Intermedio que debía celebrarse
en 1682, según la convocatoria hecha. Por desgracia, vino el P. Lucas sin los
despachos favorables, por deficiencias en los poderes que le otorgaran en Santa Fe.
Terminado felizmente el cuatrienio, ya pudo volver a meterse en la celda. Con
todo, estuvo menos tiempo del que creía, porque habiendo fallecido el P. Provincial
actual en Cartagena a 22 de Febrero de 1685, reunióse el Definitorio en Bogotá y
reconoció por Rector Provincial al P. Andrés, primer Provincial Absoluto, el día 23
de junio del propio año 1 . El fué, por lo tanto, el primero que ocupo el Rectorado
Provincial en aquella Provincia; como si quisiera la divina Providencia que así sucediera,
para que un varón celosísimo de su Orden, humilde y nada ambicioso, encabezase
la serie de este género de prelados. Duróle tal empleo hasta el 22 de Abril
de 1686 en que el Capítulo Intermedio nombró Rector Provincial al P. Fr. Juan de
San Francisco 2 . No eligieron al P. Andrés porque estaba enfermo habitualmente por
efecto de las grandes penalidades que se había impuesto en los viajes durante el
tiempo de su visita y de su Provincialato. Mientras estuvo de Rector Provincial ni
siquiera pudo visitar, como mucho lo deseó, los conventos de la costa marítima;
1 Arch. prov. Libr. 1.º de Becerr.
2 Ib.