HISTORIA GENERAL - Provinciasannicolas.org

DÉCADA XI. CAPÍTULO PRIMERO. ARTÍCULO 6 47
que se conocieran mutuamente, y que el Padre Fr. Juan, llegado que hubo el
Capítulo Intermedio de 14 de Noviembre de 1664, en Bogotá, propusiera al Prior de
la Popa para Definidor General por la Provincia de Tierra Firme del Capítulo que
había de verificarse en España y al que debía concurrir en asocio de otro Padre Definidor.
Mas no llegó a realizarse el viaje, porque la Provincia estaba en la última miseria
con respecto a fondos pecuniarios; empero, valió esto de mucho, porque se quedó
en Cartagena quien estaba predestinado a edificarnos más y más en los Superioratos.
En el Capítulo Intermedio seguido salió nombrado Secretario y socio del Padre
Fr. José de la Ascensión, Mejía, hombre de levantada santidad, y entregado a la
vida contemplativa, quien se congratuló por tener a su lado al que bahía sido gran
Prior en El Desierto y en Cartagena, y de cuya autoridad y circunspección se decían
notables cosas. Acabado el tiempo de la Secretaría obtuvo del nuevo Provincial un
plazo de descanso, y claro es que el descanso para él consistía en meterse en una
celda de El Desierto, sufrir los rigores del ayuno añadiendo algo nuevo que mortificara
los órganos del gusto y del olfato, leer libros ascéticos, repasar la teología moral
y escolástica, y añadir a las dos horas diarias de meditación todo el tiempo que
le sobraba.
Así transcurrió su vida hasta el año 1671 en que descubrimos una Patente de 5
de Agosto, despachada por el P. Provincial Fr. Salvador de San Miguel, a su favor,
en la que le fueron dados los títulos de Vicario Provincial y Vicario Prior de todas
las misiones de Casanare. ¿Cuál es la causa de arrancarlo de sus soledades y enviarlo
al gobierno de las misiones vivas, de la vida azarosa, inquieta y enteramente activa?
Era este un tiempo en que requerían las misiones la intervención de un Superior
muy competente; la hacienda o hato de la misión de Xisigua debía quedar bien
organizado; las nuevas reducciones de nómades debían tomar fijo modo de vivir; el
pueblo recientemente formado por los misioneros reclamaba la presencia de un
espíritu organizador y de vuelos, sin apocamiento, para darle vida vigorosa. ¿A
quién encomendarían los Prelados tan ardua empresa? Al que valía para todo, al
que había huido a la soledad y regentaba las clases de teología, después de haber
gobernado comunidades