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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO XXXVIII.
Opónese el P. Procurador General de nuestros Descalzos de España
a la pretensión del P. Prior y hácesela perder.
Entre otros lances que hubo en este pleito fué uno que el Padre que tenía el
cargo de Procurador General en Roma de nuestros Padres Descalzos de España, o
ya solicitado de nuestros Padres Calzados, o ya de su propio motivo, o por orden de
sus Superiores, procuró atajar el intento de los Descalzos portugueses, cuanto a la
unión con los Descalzos de Italia.
Fundó su justicia el P. Procurador de España en un Breve Apostólico que
prohibe haber en España Descalzos Agustinos que no sean sujetos a la Congregación
de España: y como Portugal se comprende en los términos de España, pareció
al P. Procurador se comprendía también en el Breve. Pasó quizá adelante su designio:
porque es creíble que sospechando o esperando la paz que poco después se
asentó entre Portugal y Castilla, quiso impedir la unión de Italia, para que, hecha la
paz, se pudiese hacer la unión con su Congregación, y recibir por este camino el
aumento de una nueva provincia.
El medio que usó para esto fué poderoso; porque se valió del Embajador de
España, que en Roma lo es mucho. Ultimamente con un apoyo tan fuerte y con vivas
diligencias que hicieron los Padres Calzados, salieron con la victoria, negando
la Sagrada Congregación a los Descalzos portugueses la unión a Italia. Y no contentos
con esto, cuando se expidió el despacho, se añadió en él un perpetuo silencio
a los Descalzos portugueses en lo tocante a la unión pretendida, falsificando así el
decreto en que la Sag. Congregación no puso el tal silencio. El autor de esta falsedad
y de otra que contenía el decreto se dijo ser el abogado de los Padres Calzados.
Larga ocasión de ejercitarse tuvo aquí la resignación del P. Prior, porque ver
que la pretensión de establecer su Reforma, plantada con tanto trabajo, se le había
después de tantos afanes lucido tan poco, era golpe muy sensible. Su compañero,
cuya paciencia no tenía tantos fondos, perdió el pie en este fracaso. Fué su dictamen
que se volviesen