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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a Sevilla para incorporarse con los demás misioneros, que sumaron cuarenta y
cinco.
Antes de embarcarse en Cádiz, solían reunirse todos en Sevilla, adonde iban
acudiendo de los distintos conventos, no tanto por esperar en el famoso convento de
Nuestra Señora del Pópulo, de Sevilla, sino por la necesidad que había de inscribirse
en los libros de la Casa de Contratación, de sacar pasaje, que diríamos hoy día, y
de recibir algo así como la cédula personal, en que se escribían las señas fisonómicas
más notables del pasajero, sobre todo cuando iban por cuenta del Estado o subvencionados
por éste. Los registros que se conservan en el Archivo de Indias sobre
esta materia son sumamente interesantes y curiosos, y dan idea aproximada de las
cualidades físicas de los misioneros que pasaban tanto a Oriente como a América.
Véase cómo retrata 1 a nuestro biografiado el mencionado registro de la misión en
que figuraba el P. Fr. Juan del Santísimo Sacramento: "De Logroño, de 40 años,
blanco, rostro encendido, algo calvo, mediano".
El día 4 de Marzo de 1683 zarpó la embarcación de Cádiz, dándose a la vela a
cargo del General D. Diego de Saldívar, que hacía rumbo a Méjico, adonde llegó
salvamente, después de tocar en Puerto Rico a 4 de Junio. En el puerto de Veracruz
desembarcó dicho día, y con los compañeros trasladóse por tierra a la capital de
Nueva España, donde hubo de demorarse, por falta de embarcación, un año, hasta
el 5 de Marzo de 1684.
Dice el P. Pedro de San Francisco de Asís 2 : "Prosiguieron aquel invierno sus
estudios los que no los havian finalizado, en que trabajó sobre manera el Padre Lector
Fr. Juan de la Concepción con otros, que no eran Lectores, y podían serlo". Conjeturamos
que se refiere al P. Juan, pues otro documento lo llama "dotto y ejemplar",
y como ejemplar gustaría de imponerse ese sacrificio y como docto se lo exigirían
sus compañeros y lo desempeñaría cumplidamente. En Marzo, pues, de 1684
salió este Padre con la mayor parte de los misioneros, presididos por el Padre Comisario,
hacia el puerto de Acapulco, en el mar Pacífico, para embarcarse con rumbo
1 Contr. est. 45, caj. 2, legs. 8/11.
2 Crón., tom. IV, núm. 915.