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DÉCADA XI. CAPÍTULO SEXTO. ARTÍCULO 5 421
tareas. Eran defensores acérrimos de los pobres indios, oponiéndose constantes
a toda jerarquía de poderosos, si alguno quería injustamente gravarlos, si bien hacían
este oficio con religiosa humildad, cuyas armas son las más proporcionadas a la
razón para contrastar la violencia del poder. Es de saber, pues, que a estos dos
héroes, grandes, por cierto, en todo, se debieron en gran parte los adelantamientos
del rebaño de Cristo que dejamos arriba mencionados. Como que a las fatigas del
ministerio y a los sinsabores de varios pesares que les ofreció la sinrazón perdieron
allí la salud, muriendo por la misma causa después".
Según esto, la retribución que recibió el Hermano en este mundo por muchos
méritos fué sinsabores, persecución y calumnias, aparte de perder la salud. Es que
los émulos de las comunidades religiosas, coligados con ciertos comerciantes,
cuando vieron que en los nuevos pueblos tenían campo para esquilmar a los infelices
indios, comenzaron a calumniar a los misioneros fuertemente para echarlos de
allí y quedarse ellos a sus anchas.
Relativo al apóstol de Casanare, Fr. Cristóbal, hemos dilucidado que hubo de
retirarse de las misiones hacia 1670, porque a los padecimientos morales se unía la
edad de 86 años, consumida por las fiebres palúdicas y novedades del bazo e hígado,
resultado de la mala alimentación, de la insalubridad del clima y de sus constantes
desvelos por el aumento espiritual y material de las doctrinas. Que la santa obediencia
le hizo venir a los conventos del interior por el año 1670 es cosa averiguada
también, y parécenos muy verosímil que pasó sus últimos días en el delicioso y
tranquilo Desierto de la Candelaria, y que entregó su espíritu al Señor entre el año
1672 a 1673.
No sin fundamento podemos aplicar a este eximio apóstol, mística palmera de
las misiones, lo que escribió nuestro santo Fundador del alma justa que sale de este
mundo 1 : Felix anima quae terreno resoluta, corpore libera, secura et tranquilla,
non timet hostem neque mortem. Habet enim semper praesentem, cernitque indesinenter
pulcherrimum Dominum, cui servivit, quem dilexit, et ad quem tandem, laeta
et gloriosa, pervenit.
Ahora terminemos la materia historial de este año de 1694.
1 Medit., cap. XXIII.