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DÉCADA XI. CAPÍTULO PRIMERO. ARTÍCULO 8 105
en los mismos o poco mejores le dejó, cuando la dejó. No obstante, tomó el
Cardenal la mano para componer al P. General con el P. Prior: pero, aunque a los
primeros lances dió el P. General algunas esperanzas, se desvanecieron muy presto,
malográndose también las diligencias que interpuso vivamente el P. General de la
Compañía de Jesús.
Tentados, pues, en vano estos medios, que ayudados de la razón deberían ser
poderosos, resolvióse el P. Prior a poner en tela de juicio lo que el P. General le
había negado. Formó un memorial, en el cual, con acuerdo del Cardenal Protector,
relataba el origen de la Reforma en Portugal, sus progresos hasta entonces, y los
estorbos que ahora la ponía el P. General, y remataba suplicando la unión de la Reforma
de Portugal a nuestra Congregación de Descalzos Agustinos de Italia.
Presentado este memorial a la Sagrada Congregación de Cardenales, adonde
toca el conocimiento de las causas de los Regulares, lo remitió la Sagrada Congregación
al Cardenal Vechiareli, para que fuese el relator: y excusándose por enfermo,
remitióse segunda vez al Cardenal Delechi, a quien acudió el P. Prior informándose
del estado y méritos de su pretensión. Salieron a impugnarla el P. General
y el Mtro. Acevedo. Dieron sus papeles al Cardenal Delechi, diciendo en ellos que
el P. Prior solicitaba adelantar la Reforma por ambicioso, con designios de conservarse
en su gobierno: que había admitido a Ordenes a un hermano lego, y otra culpa
le dieron de esta data. A su compañero criminaron de que había pasado de los Calzados
a los Descalzos, sin la debida licencia: que había sido rebelde excusándose
del viaje de la India, y que sin licencia había venido a Roma.
Poco caso hicieron los Padres de estas calumnias en cuanto a ellos tocaban: pero,
corno la mira de los contrarios iba puesta en calumniar a los Padres por estorbar
su Reforma, diéronse por obligados a satisfacer a los cargos. A lo de ambicioso
respondió el P. Prior con hacer una pública renunciación, no sólo del puesto que
poseía, sino de los que podría ocupar, y de voz activa pasiva. A lo de haber admitido
a Ordenes al Hermano lego respondió presentando un Breve del Sumo Pontífice,
que había dado la licencia. El compañero rebatió también los golpes de los contrarios,
refiriendo la verdad: y aunque ellos repitieron otras veces las calumnias, ni una
reprensión tan solamente costaron a los Padres.