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DÉCADA XI. CAPÍTULO PRIMERO. ARTÍCULO 8 121
Lonlé. A 22 durmieron en Cortefiguera: a 23 en Panoyas: a 24 en Grándola: a
25 en Palma que da el título a sus condes: a 26 en Allosvedros en una granja de
nuestros PP. Calzados de Lisboa, y a los 27 de mañana, día en que se juró Príncipe
de Portugal al serenísimo Infante D. Pedro, llegaron por el río a Lisboa, y tomando
tierra en las playas del convento de nuestras monjas, entraron en su iglesia, de donde
hacía 17 meses que habían salido a embarcar para Roma. Allí dieron a Dios muchas
gracias por haberlos restituido a su casa, haciendo lo mismo las monjas cantando
Te Deum laudamus.
CAPÍTULO XLIX.
Habla el P. Prior al Príncipe que le recibe con cariño.– Prométele
su favor y hácele merced de la fundación de Nuestra Señora de la
piedad de Santarén.
Como el viaje de Roma lo había emprendido el P. Prior por orden del Rey, que
tanto se había declarado parcial de la Reforma, pedía la razón que a Su Majestad se
diese cuenta del despacho que se había traído en favor de ella. Pero llegado a Lisboa,
se halló el P. Prior absuelto de esta obligación por la reclusión del Rey, cuyos
cuidados, cuanto al gobierno, habían ya pasado al Príncipe D. Pedro.
En estos términos juzgó el P. Prior hacer con el Príncipe la función que en
otros se debería hacer con el Rey. Buscóle a este fin y como, junto a la sazón el
Reino en cortes, eran muchos los negocios públicos y muy importantes, no pudo
sino después de algunos días prcsentarse a su alteza.
Recibióle con mucho cariño el Príncipe, bien que no con tanto como cuando
era infante. Pero desquitó en breve esta que parecía sequedad de los afectos con una
liberalidad real ejecutada en muchos beneficios. Estimó el despacho de Roma, y
prometió su favor en lo que conviniese a la Reforma: y en prendas de su amor la
hizo merced de darle la fundación de Ntra. Sra. de la piedad de Santarén.
En esta villa entre todas las de Portugal sin pleito la primera: y entre otras calidades
que la ilustran es notable la de los muchos prodigios que en ella ha llovido el
cielo. Pero dejando la noticia de ellos a