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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
aulas; lo cual hecho con discreción y gusto, en vez de displacer a los que le oían,
valía para no desprestigiar la misión del magisterio ni los verdaderos principios
de la pedagogía.
Así, pues, consagrado vivía al cultivo de la propia santificación y al estudio de
la sabiduría para ser útil a los religiosos y a los extraños dentro y fuera del convento
el P. Fr. Andrés, cuando el Comisario Fr. Alonso de la Magdalena se vió obligado a
disgustar fuertemente a su súbdito, que era ya famoso en todos los conventos por su
método de vida, obligándole a tomar el gobierno de El Desierto para que llenase el
vacío que dejaba la separación de su antecesor P. Fr. Esteban de San José. Los espíritus
superficiales podían preguntarse de esta forma: Ese Padre tan reconcentrado
en sus estudios y tan pegado a la celda, más que crisálida a su cascarón, ¿será capaz
de ponerse al frente de un convento para ser afable con los pusilánimes, condescendiente
con los enfermos, justo con los díscolos, y tratable y querido ante el público
secular con quien tiene que mantener correspondencia continua? ¡Qué desengaño
para algunos al ver al nuevo Prior convertido en un fac totum, por decirlo así, inspeccionando,
sin rebajarse, todas las oficinas, aplicando su actividad al aseo de la
casa, al cultivo de las huertas, a un trato agradabilísimo con los seglares, a la buena
marcha de los Coristas, al mejoramiento del noviciado, y en fin, demostrando que
aquel su carácter que parecía sombrío y austero, era efecto de un hábito inspirado
por el orden!
Veamos algunos efectos de esta transformación: La fábrica de la nueva iglesia
iba muy lenta por escasez de materiales y de operarios; pues bien, el P. Prior anduvo
de aquí para allá, hizo hornos de teja y consiguió lo que necesitaba de tal manera,
que pronto tuvo el gusto de presentar concluida la capilla mayor, o sea lo correspondiente
hasta el arco toral; también aplicó su actividad a la sacristía y la dejó
terminada; y no satisfecho, comenzó el primer tramo o cuarto del convento. Hay
más: en su frente bullía un proyecto de fácil realización y de conveniencias incalculables;
la disposición hidrográfica del río Gachaneca ¿no se prestaba a la construcción
de un molino que sirviera para utilidad de la casa y de la comarca? ¿No vendría
a dar con el tiempo una renta para la Comunidad? Así pensó el Padre