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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Dase cuenta como la tomó a los enemigos que la poseían, echandolos della, y
de la estimacion de los despojos, y número de prisioneros". Se deduce de aquí
que inmediatamente los españoles se la entregaron a nuestros religiosos en lo espiritual.
A esto añadamos lo que se lee en el tomo II de la Historia de la Candelaria
1 :
"En el año de 1668 hizo mucho empeño el señor Obispo de Panamá para entregar
la administración espiritual de la isla a esta Provincia como parroquia en
propiedad. La autoridad civil también se mostró deseosa de que se tomase, porque
el empleo de capellán de que gozaba el P. Superior del hospicio no le daba
grandes utilidades. La mira del Presidente de la Audiencia de Panamá, bajo cuyo
gobierno estaba la isla, al querer que los Padres perseverasen en aquel lugar era
el bienestar de la infantería, pues la presencia de los misioneros contribuía grandemente
a la concordia y disciplina de los soldados. Los filibusteros de aquel
tiempo, que cruzaban esos mares siendo el terror de todos, invadieron la isla varias
veces en busca de botín, por lo cual eran los sobresaltos de los moradores y
de las guarniciones españolas constantes, el aislamiento muy terrible, las escaseces
y penuria de la comida y vestido no pocas por la irregularidad de las naves
auxiliadoras que, o se veían amenazadas por los piratas, o entorpecidas por la
braveza de las aguas. Estas y otras razones movían a dicha autoridad de Panamá
a terciar en el debido establecimiento de la misión, la cual se reputaba como el
eje de la posesión espiritual y material de aquellas islas.
Por su parte, el Ilmo. Sr. Obispo de Cartagena fundaba su empeño en el provecho
espiritual que los misioneros reportaban a la Religión, porque los sacerdotes
seculares que mandaba a Santa Catalina no perseveraban en su oficio por los
enormes sufrimientos materiales y morales de que se veían rodeados. Así las cosas,
el P. Provincial determinó acceder a los deseos de entrambas autoridades, y
mandó a la isla a un sujeto apto, que se reportó a contentamiento de todos los insulares.
Este fué el P. Fr. Bartolomé de San Gregorio. Cuánto trabajó en su oficio,
cuán lucida fuese la campaña del valiente adalid de Jesucristo, pruébalo el
haberse expuesto muchas ocasiones
1 Pág. 122 y sigs.