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HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
también para tantas cuantas eran menester para formar una Provincia. Con este
acuerdo se malogró tan desairadamente la industria de los PP. Calzados, que vinieron
a perder aun más de lo que pretendían ganar: porque, siendo su fin estorbar estas
dos fundaciones, sirvió solamente su estorbo para multiplicarlas el número.
Coronó el Príncipe este favor con otro favor singular: porque viendo a nuestro
escuadrón de los Recoletos combatido tan fuertemente de los Calzados, quiso
hacerles espaldas y ceñirles con el muro de su protección. Mandó expedir un decreto
en que se declaró Protector de la nueva familia, prometiéndole su amparo en todo
tiempo y ocasión para lo que fuese servicio de Dios y aumento de ella. Al oro de
este favor añadió el esmalte de las cláusulas del decreto, tan afectuosas y cristianas,
que bien se lee en ellas la cristiandad y afecto de este Príncipe tan amable y religioso.
CAPÍTULO LIV.
Unense los Descalzos de Portugal a la Congregación de los de España.
No se puede llamar constancia la inflexibilidad del ánimo: ni falta a esta virtud
aquél que desampara un designio, aunque bueno, si se le ofrece otro mejor: antes
esto es perfeccionar la virtud de la constancia, pues no puede ésta perder, porque
siga lo mejor, si tiene por oficio llevar siempre fijos los ojos en lo bueno. Prevenido,
pues, no sólo bastante, sino sobrado número de fundaciones de que se pudiese
formar una nueva Congregación aparte, según el despacho que el P. Prior había
ganado en Roma, dejó de seguir este designio, aunque bueno, por ofrecérsele otro
mejor. Ya en este tiempo, después de la larga y tenebrosa noche de veintisiete años
de guerra entre Portugal y Castilla, había traído a estos reinos el día de la deseada
paz aquel Sol divino que la trajo al mundo cuando nació en Belén, y se la encargó
cuando estaba para volverse al cielo.
Viendo, pues, el P. Prior abiertos ya con la llave de la paz los pasos a la comunicación
de los dos reinos, dejando el intento de hacer Congregación aparte conforme
al despacho de Roma, se resolvió en unirse a la Congregación de España.
Hay, en esta Congregación un