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DÉCADA XI. CAPÍTULO PRIMERO. ARTÍCULO 8 113
porque eran sus aguas tan feamente negras, que parecían las del lago Estigio,
que fingieron los poetas.
Al fin, después de tantos azares, tragada un dia la muerte en un susto de fuego,
otro en una tromba del cielo, y otros en encuentros de bajeles berberiscos, consumidos
casi los víveres, bebiéndose ya con tasa, y pasadas otras descomodidades que
no sabe explicar la pluma se hallaron en la Carbonera, corto puerto en el reino de
Murcia, adonde dieron fondo después de veinte días de navegación. Tantos le costó
hacer este tercio de camino, cuando bastaban muchos menos para medirlo todo.
El mismo día que aquí llegaron, que fué ocho de Diciembre, les avisó un pinque
inglés como en el cabo de Gata, que es paso para Lisboa, andaban siete naves
berberiscas. Estas nuevas y el esperar buen tiempo hizo reparar al capitán de nuestro
bajel, hasta que el tiempo se hallaba ya mejor a los diez y siete, pero con viento
contrario, que daba señas de firmeza, por haber prendido con la luna.
Viendo, pues, los Padres que aguardar a más no podía ser sin riesgo, o del
tiempo que perdían estando allí suspensos, o de la libertad que podían perder si
saliendo topasen a los berberiscos, estimando la libertad y el tiempo que les importaba
para la consecución de sus designios, dejaron el bajel por un barco, en el cual,
en una noche y poco más de medio dia, acompañados de un religioso franciscano
descalzo, dos clérigos y dos seglares, doblado el cabo de Gata, y costeado por algún
trecho el reino de Granada, surgieron a 18 de Diciembre en el puerto de Almería.
CAPÍTULO XLIV.
Salen de Almería: vuélvenlos a ella presos y les dejan otra vez salir.
Saliendo en tierra, se encaminaron a la catedral, y pidieron limosna al obispo.
Diósela, y al día siguiente, recibido pasaporte del gobernador de la ciudad, tomaron
tierra adentro el camino de Granada, e hicieron noche tres leguas de Almería, los
religiosos en casa de un labrador, y los seglares en una venta.
Sería la media noche cuando, acostados los religiosos, les rompió el sueño un
ruido que oyeron en la casa, y poco después a la luz del