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DÉCADA XI. CAPÍTULO SEXTO. ARTÍCULO 4 401
otro, muy esencial para el atractivo que les es en su voluntad la persona que
les habla en él; de que se sigue la facilidad con que aprenden los chontales la
predicación Evangélica, y todo resulta en servicio de Dios Nuestro Señor y salvación
de la almas. En que por todo lo referido se reconoce haber cumplido con
las obligaciones de su oficio, según y como lo manda Su Majestad por sus cédulas
y ordenamientos reales, y le son muy debidas las gracias, y condigno de las
ocupaciones, en que tan bien sabe darles cumplimiento. Y por ser cierto y constante,
doy la presente en el pueblo de Sabana Alta, firmada de mi nombre y refrendada
de el presente Notario, en 29 de julio de 1694. Mr. D. Lucas Ibáñez,
Guerrero —Rubricado— Ante mí D. Francisco de Zamora. Notario— Rubricado".
Por este documento vendráse en más firme conocimiento de la conducta de los
misioneros, quienes a fuerza de sacrificios personales y pecuniarios lograban fundar
pueblos con iglesias, a las que no faltaba nada de lo necesario para el sagrado culto,
cual conviene a la santidad del ministerio. Que en estas santas empresas sacrificaban
a veces los religiosos los haberes de la Provincia, porque andaban descuidados
los empleados del tesoro real para pagar las cuotas asignadas a las misiones, veráse,
así como otras cosas honrosas a nuestro hábito en los documentos que a continuación
copiaremos, hallados en el archivo nacional de Bogotá, sección conventos.
Que esos honrosos testimonios procedan de alguna solicitud o petición del P. Misionero
no debe causar admiración por cuanto no buscaba alabanzas propias, sino
alabanzas que redundaban en pro de su Orden y en beneficio de la verdad histórica
que trataban de obscurecer los émulos a cada paso.
"Señor Visitador general.
"Fr. José de San Nicolás religioso descalzo de mi Padre San Agustín, cura
doctrinero de este pueblo de Santa Bárbara de Sabana Alta, Prior misionero en
esta Provincia de Santiago de la Atalaya, en nombre de mi Religión digo: que estando
como está ésta dedicada a las misiones y reducciones de infieles, de tierra
adentro, cumpliendo yo con esta obligación, entré en dos ocasiones, como es público
y notorio en esta jurisdicción, llevando en mi compañía al Capitán Domingo
Olalla, exponiendo mi vida a los peligros e