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DÉCADA XI. CAPÍTULO SEGUNDO. ARTÍCULO 4 173
un Belén para el coro para los días de Navidad; un Niño Jesús además para la
iglesia; un Santo Cristo, objeto de arte, con rica peana y adornos, que valía 400
ducados, según precio determinado por uno de los mejores plateros tasadores de
Toledo; pero se lo dieron por 100 en atención a títulos de amistad y simpatía. En
Enero de 1684, con efecto, hállase en el Libro de gasto y recibo nombrado la siguiente
partida: "De una peana y cruz de ebano guarnecida de bronce sobredorado,
que tiene quatro brichas de bronce que hacen pies para la peana, y quatro pilastras
con sus targetas, y quatro niños sentados en cuatro pedestales, con quatro targetas y
los dos con insignias de la Passion en la mano, y la cruz con tres engarzes con serafines
y remates, y en medio una insignia del Ssmo. Christo, todo dorado de oro molido,
y en el centro de la peana una insignia del sepulcro que todo ello lo tasó Antonio
Perez, maestro de platería y contras de la ziudad en quatrocientos ducados, pero
costo zien ducados". Además consiguió una estatua de San Nicolás y otra de San
Juan de Sahagún; y dos campanas nuevas, fuera de arreglar el yugo a las viejas, y
fuera de otra para el claustro para convocar a la comunidad. En las capillas de San
Juan y San Nicolás trabajó mucho abriendo ventanas, pintando los muros y techos
con arte y primor, construyendo el retablo y dorándolo; en todo lo cual gastó cuantiosas
sumas de dinero.
Por las consultas celebradas en su trienio vemos que cumplía al pie de la letra
lo prescrito en las sagradas Constituciones. La primera fué convocada y celebrada a
24 de julio de 1683 y la última el 14 de Abril de 1686. En ésta, entre otras cosas, se
trató de que "Alonso Díaz de Arellano, familiar y notario del Santo Officio imponía
una memoria de tres misas rezadas cada año a razon de seis rs. la limosna de cada
misa y para ello daba trescientos y sesenta rs. que es el principal qe corresponde, y
todos vinieron en ello" 1 .
En este tiempo tuvo lugar un solemne y magnífico triduo de fiestas en honor de
Nuestra Señora de Copacavana, de la que era devoto. Durante los tres días hubo
música escogida y costosa, de modo que los gastos llegaron a 680 reales de vellón.
1 Arch. gen., Libr. de cons., fol. 80.