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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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3.1. LA ACCIÓN CULTURAL EXTERIOR DE ESPAÑA<br />

rece de fundamento histórico: en <strong>18</strong>00 o en 1914<br />

cada pueblo de Europa conocía como nunca las<br />

culturas de sus vecinos y sin embargo se lanzaron<br />

a guerras de exterminio. Pero, en fin, hay<br />

que seguir buscando la paz a través de la cultura<br />

aunque solo sea para cumplir con los mandatos<br />

de la UNESCO.<br />

Otros fines más inmediatos y concretos de<br />

nuestra política exterior cultural son:<br />

1. Cambiar la imagen de España, que es peor que<br />

la realidad. El motivo de que nuestra imagen sea<br />

peor que nuestra realidad es la inercia general<br />

de todos los estereotipos nacionales, que tardan<br />

en adaptarse a los cambios sociales. El estereotipo<br />

del español del siglo XVI (el hidalgo duro,<br />

eficaz y frío) persistió hasta que con la Guerra de<br />

la Independencia nació otro mito, el del español<br />

apasionado, anárquico y perezoso. Este estereotipo<br />

romántico del siglo XIX no ha desaparecido<br />

aún porque nosotros mismos lo fomentamos.<br />

Recuérdense los tres lemas turísticos que<br />

hemos usado durante el último tercio de siglo:<br />

- España es diferente<br />

- Todo bajo el sol<br />

- Una pasión por la vida<br />

He subrayado las tres palabras claves, que conforman<br />

una imagen patética y no lógica de España<br />

(en el sentido original - pathos y logos - de<br />

los términos).<br />

Urge averiguar en detalle mediante sondeos y<br />

encuestas en el extranjero cuál es hoy nuestra<br />

imagen fuera. Después habrá que actuar en<br />

consecuencia. Una de las actuaciones ha de ser<br />

el resaltar ciertos aspectos -más lógicos o armónicos-<br />

de nuestra cultura que solemos dejar en<br />

un segundo plano.<br />

2. Obtener los beneficios económicos que se derivan<br />

de una buena política exterior cultural. Me<br />

refiero aquí a los beneficios directos y a corto<br />

plazo, como son los que podrían obtener la industria<br />

editorial (que ya exporta más de 50.000<br />

millones de pesetas al año), el cine español, los<br />

que se dedican a la enseñanza del español para<br />

extranjeros, etc.<br />

3. Reforzar la cohesión nacional. Por una especie<br />

de efecto reflejo, los nacionales de cualquier<br />

país se sienten reafirmados en su participación<br />

en un proyecto común cuando la imagen que les<br />

muestra el espejo extranjero es una imagen nítida<br />

y halagüeña. Muchos catalanistas afirman sin<br />

empacho que su mejor vía de acción en el exterior<br />

ha de ser la lengua castellana.<br />

IV ¿A quién hay que dirigirla?<br />

A cuantos ejercen influencia social y política en<br />

cuantas partes del mundo resultan relevantes<br />

para los intereses generales de España. Ocurre<br />

sin embargo, que<br />

1. La extensión de la democracia en todo el<br />

mundo tiende -o debe tender- a que todos los<br />

individuos de una sociedad gocen de influencia<br />

social y política, aunque sólo sea porque votan o<br />

pueden votar.<br />

2. Las nuevas técnicas de comunicación e información<br />

tienden a producir el mismo efecto<br />

universal que la ley de vasos comunicantes.<br />

3. Los medios de actuación de España, como los<br />

de cualquier otro país, serán siempre limitados.<br />

Por ello cada día es más difícil escoger los destinos<br />

más rentables de la acción cultural exterior<br />

y cada día también es más necesario escogerlos<br />

con tino. Hay que reconocer, pues, la existencia<br />

de dos dilemas:<br />

a) ¿Hay que dirigirse a los partidarios de la llamada<br />

"alta cultura" o a los de la llamada "cultura<br />

popular"? A esta cuestión volveremos en<br />

el apartado V.<br />

b) ¿Hay que concentrar la acción en unas pocas<br />

regiones o diseminarla sobre muchas?<br />

Parece inevitable concentrar la acción oficial<br />

(otra cosa es la acción exterior de la sociedad civil,<br />

que seguirá sus pautas libérrimas) allí donde<br />

el rendimiento sea más previsible. Y parece<br />

imprescindible adaptar el mensaje, en parte al<br />

menos, a las circunstancias de la sociedad receptora.<br />

De esta manera,<br />

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