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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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CAPÍTULO 3 > LA CULTURA<br />

do por Javier Noya 20 en el año 2002 nos acerca<br />

a las cuestiones culturales y artísticas. España<br />

aparece al exterior desde dos arquetipos diferenciados,<br />

el arquetipo ilustrado (siglo XVIII) o el<br />

arquetipo romántico (siglo XIX). El arquetipo ilustrado<br />

se caracteriza por “ser un país en decadencia,<br />

occidental, europeo, integrista y fundamentalista,<br />

indolente, calculador, avaro, conquistador, católico,<br />

masculino, en suma, una visión negativa, pero<br />

civilizado”. Este arquetipo, afirma Noya, tiene<br />

sólidas bases en Inglaterra y América Latina.<br />

Por otro lado, el arquetipo romántico, “caracterizado<br />

por lo oriental, lo exótico, lo no desarrollado,<br />

por ser anarquista, individualista, hipertolerante,<br />

caliente, apasionado, generoso, guerrillero, pagano,<br />

femenino, en resumen, una visión positiva, pero<br />

desde la diferencia: España como país no civilizado”.<br />

Este arquetipo predominaría en Francia,<br />

Alemania y Estados Unidos. En un estudio más<br />

reciente 21 , referido a la imagen de la cultura española<br />

en China, los atributos más asociados a<br />

la misma son los de cultura tradicional y pasional,<br />

en mucha mayor medida que otros como el carácter<br />

europeo de nuestra cultura o el carácter<br />

progresista. Cómo se quiere/puede posicionar<br />

España en el imaginario universal es algo que<br />

supera, con mucho, los objetivos de este texto.<br />

Sin embargo, sí podemos afirmar que la política<br />

de acción cultural en el exterior puede, sin<br />

duda, contribuir a conseguir tales objetivos. Se<br />

trata, por lo tanto, de realizar una estrategia,<br />

un diseño cabal que incluya fines y medios. Y<br />

también escenarios. En la búsqueda del equilibrio<br />

que antes citábamos, quizás pueda parecer<br />

recomendable reforzar el arquetipo romántico en<br />

determinadas zonas geográficas mientras que,<br />

por el contrario, resulte recomendable transmitir<br />

valores y atributos asociados al arquetipo<br />

ilustrado en otras. Es decir, resulta imprescindible<br />

una política cultural en el exterior. De otro<br />

modo, sin claras estrategias, muchas de las acciones<br />

culturales no conseguirán absolutamente<br />

nada en el mejor de los casos, reforzando, en<br />

muchos otros y sin que las instituciones españolas<br />

tengan plena consciencia de sus consecuencias,<br />

estereotipos que poco y mal ayudan<br />

a la mejora de nuestra imagen. Sobre el modo<br />

de elaborar tal estrategia daremos algunas pistas<br />

más adelante.<br />

La acción cultural en el exterior requiere, pues,<br />

estrategia: diagnóstico, establecimiento de<br />

prioridades e implementación. Pero para todo<br />

ello se requiere algo que no ha caracterizado la<br />

acción cultural en España. Nos referimos a la tan<br />

deseable coordinación. Coordinación que en un<br />

primer lugar tendría que llevarse a cabo entre<br />

las diferentes instituciones públicas que tienen<br />

competencia en este campo, tanto a nivel estatal<br />

como en las comunidades autónomas y, ¿por<br />

qué no?, incluso a nivel municipal. Coordinación<br />

que debe realizarse para conseguir resultados<br />

eficientes en las diferentes actividades de<br />

promoción cultural -evitando que se produzcan<br />

caras ineficiencias y molestos solapamientos-,<br />

en la determinación de las áreas geográficas<br />

prioritarias y en la política de colaboración<br />

con otras organizaciones. Coordinación que, en<br />

cualquier caso, debe siempre mantener la pluralidad<br />

propia de la sociedad española. Todos<br />

estos aspectos fueron tratados con profundidad<br />

en un estudio realizado sobre un censo total de<br />

36 organizaciones públicas que, en el conjunto<br />

del Estado español, mantenían competencias<br />

en lo referido a la acción cultural en el exterior,<br />

arrojando algunos resultados poco alentadores<br />

22 . Como es bien sabido, la acción cultural en<br />

el exterior ha protagonizado algunos de los más<br />

bochornosos enfrentamientos institucionales<br />

entre miembros del mismo equipo de gobierno,<br />

poniendo de manifiesto la falta de una clara<br />

estrategia pública en esta materia. Afortunadamente,<br />

el 19 de noviembre de 2009 el entonces<br />

ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación,<br />

Miguel Ángel Moratinos y la entonces<br />

ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde,<br />

firmaron un convenio que incluía la creación<br />

de una comisión de trabajo dedicada a la elaboración<br />

del Plan Nacional de Acción Cultural<br />

Exterior (PACE), que tendría vigencia bienal. El<br />

20 Noya, Javier. La imagen de España en el exterior. Estado de la Cuestión. Real Instituto Elcano. 2002. Pags. 64-66.<br />

21 Noya, Javier. La imagen de España en China. Real Instituto Elcano. 2007. Pags. 212-213<br />

22 Galindo, Francisco; Granados, Pilar y Gutierrez, Rubén. Informe sobre la acción cultural de España en el exterior. ODAI-Fundación<br />

Autor. 2010. Pags. 53-85.<br />

220

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