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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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3.2. LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ACCIÓN CULTURAL EXTERIOR PARA LA MARCA ESPAÑA<br />

gocio son los protagonistas, tenemos que reconocer<br />

a “nuestros libros” la labor que han hecho<br />

durante años llevando nuestra cultura y nuestra<br />

lengua por todo el mundo. Y tenemos que confiar<br />

en que nuestra industria editorial se adapte<br />

a los nuevos tiempos llenando los nuevos mercados<br />

de nuestra literatura de siempre y de la<br />

cultura y la ciencia más innovadora.<br />

La contribución del español a la “Marca España”<br />

no sólo resulta esencial, sino que puede, que<br />

debe convertirse en un vehículo que asegure el<br />

éxito de la Estrategia de Marca España.<br />

La dispersión de la Acción Cultural<br />

Exterior Española<br />

Actualmente, una misma exposición podría<br />

estar organizada por AC/E (Acción Cultural Exterior)<br />

en Lisboa, por el Instituto Cervantes en<br />

Nueva Delhi, por un Centro Cultural de la Cooperación<br />

Española en Lima y por el Colegio de<br />

España en París. Hasta hace unos años, en una<br />

misma ciudad -es el caso de Roma- en una semana<br />

podían solaparse iniciativas culturales de<br />

la Academia de Roma, el Instituto Cervantes y<br />

la Embajada de España. La misma exposición, la<br />

misma iniciativa con infinidad de nombres, de<br />

marcas. Detrás de cada una de las instituciones<br />

mencionadas se encuentra lo mismo: la Marca<br />

España. Todas ellas forman parte de una misma<br />

administración, pero la realidad es que no tenemos<br />

una “marca” mundial que aproveche el<br />

esfuerzo y las sinergias de todas estas instituciones<br />

para dar a conocer algo común: nuestra<br />

cultura.<br />

Esta dispersión no sólo es negativa desde el<br />

punto de vista del impacto de la Marca España,<br />

también resulta muy costosa, más aún teniendo<br />

en cuenta las actuales circunstancias. Los fondos<br />

y el esfuerzo que el Estado dedica a la acción<br />

cultural exterior están atomizados y resultan<br />

poco significativos como para realizar acciones<br />

de gran envergadura. Si bien es cierto que algunas<br />

de estas instituciones aportan un importante<br />

valor añadido a las actividades, o cuentan con<br />

una implantación en el país que incrementa la<br />

visibilidad de la programación, en muchos casos<br />

no es así y sólo encontramos una multiplicación<br />

de estructuras y recursos. Sólo en determinados<br />

casos encontraremos proyectos de gran impacto,<br />

como ha pasado en los últimos años con el<br />

“Año de España en Rusia” o el “Año de España<br />

en China”, donde se agrupan los esfuerzos de<br />

distintos sectores e instituciones, incluidas las<br />

culturales, para tener un auténtico impacto de<br />

“Marca España”.<br />

El 19 de noviembre de 2009 los Ministerios de<br />

Asuntos Exteriores y Cooperación y el entonces<br />

Ministerio de Cultura firmaron el “Convenio por<br />

el que se establece la Estrategia Reforzada para<br />

la Promoción de la cultura española en el exterior”.<br />

Este Convenio se veía como el gran paso<br />

entre estos dos ministerios para empezar a coordinar<br />

sus políticas, alinear programaciones,<br />

ganar en eficiencia y aprovechar su experiencia<br />

y potencial para relanzar la acción cultural<br />

exterior española. Después de más de dos años,<br />

podemos decir que los frutos de ese Convenio<br />

han sido más que escasos, pero tenemos que reconocer<br />

que es un instrumento importante que<br />

debe ser replanteado si queremos que las dos<br />

carteras directamente vinculadas en esto trabajen<br />

juntas.<br />

Si al principio se valoraba la contribución positiva<br />

de la cooperación internacional al desarrollo<br />

y la cooperación cultural a la “soft diplomacy”,<br />

como instrumento, ahora con una visión<br />

crítica, es necesario reflexionar sobre el impacto<br />

negativo que ha tenido la gestión conjunta<br />

de la acción cultural exterior y la cooperación<br />

cultural al desarrollo desde la Agencia Española<br />

de Cooperación Internacional al Desarrollo<br />

(AECID). El objetivo principal de la AECID es la<br />

cooperación al desarrollo y como tal, en los últimos<br />

años, la mayor parte de los fondos de la<br />

Dirección General de Relaciones Culturales y<br />

Científicas han ido destinados a la cooperación<br />

cultural al desarrollo en detrimento del otro<br />

pilar de la DG, la acción cultural exterior. Esto<br />

es absolutamente comprensible desde la perspectiva<br />

de AECID, pero problemático ya que, en<br />

muchos casos, los fondos provenientes de esta<br />

DG eran los únicos con los que contaban las misiones<br />

diplomáticas para desarrollar su acción<br />

cultural exterior.<br />

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