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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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CAPÍTULO 1 > EL RETO DE LA DIPLOMACIA PÚBLICA. LA MARCA ESPAÑA<br />

forma u otra aglutinaban todo lo anterior)...<br />

En ese contexto la diplomacia se ha presentado<br />

siempre como la forma pacífica de reivindicar y<br />

conciliar esos poderes “una negociación entre<br />

organizaciones políticas que reconocen mutuamente<br />

su independencia” (Watson, 1991).<br />

Poder duro, poder blando, poder<br />

simbólico y otras especies…<br />

El poder ha tenido siempre una gran dependencia<br />

de las revoluciones tecnológicas. Si, como decía<br />

Manuel Castells, la “revolución tecnológica, centrada<br />

en torno a la información transformó nuestro<br />

modo de pensar, de producir, de consumir, de<br />

comerciar, de gestionar, de comunicar, de vivir,<br />

de hacer la guerra y de hacer el amor” (Castells,<br />

2005: 25), el poder se ha visto profundamente<br />

afectado por los nuevos avances tecnológicos,<br />

que algunos no dudan en calificar como la tercera<br />

revolución industrial (Toffler, 1995).<br />

Uno de los elementos que hacen que esta revolución<br />

pueda ser considerada como tal, según<br />

los estandards estudiados por Melvin Kranzberg<br />

y Carroll Pursell, es que “se caracteriza por su<br />

capacidad de penetración en todos los dominios<br />

de la actividad humana no como una fuente<br />

exógena de impacto, sino como paño con el que<br />

está tejida esta actividad” (Castells, 2005: 61).<br />

Desde la perspectiva de las estructuras sociales<br />

las TICS permiten canalizar relaciones humanas<br />

que trasladan las características propias de<br />

estas tecnologías a la propia realidad offline, la<br />

generalización de internet en las más diversas<br />

estructuras sociales dota de las características<br />

propias de internet a las relaciones humanas. La<br />

información se convierte en ese paño, entendido<br />

como factor productivo en si mismo, lo que<br />

provoca transformaciones en las estructuras sociales,<br />

que, en mayor o menor medida, tienden<br />

a adaptarse a esa estructura informacional, global<br />

y con forma de red.<br />

El poder se ve directamente afectado por estas<br />

transformaciones sociales, que producen una<br />

aceleración importante en su desmaterialización<br />

(donde los intangibles ganan peso), y se manifiesta<br />

fundamentalmente en las nuevas formas<br />

de relacionarse entre el estado y la sociedad. La<br />

comunicación, la interacción del hombre con<br />

su entorno social, se vuelve imprescindible para<br />

lograr ese consentimiento, miedo o resignación,<br />

necesario para el ejercicio del poder. “La legitimación<br />

dependería en gran medida del consentimiento<br />

obtenido mediante la construcción<br />

de significado compartido” (Castells, 2009), a<br />

través del debate abierto de las opciones que los<br />

representantes presentan a sus representados, y<br />

este se construiría necesariamente a través de los<br />

procesos de comunicación.<br />

Esto no es algo nuevo. En sistemas políticos totalitarios,<br />

donde la fuerza tenía un peso determinante<br />

para mantener el poder, la información<br />

siempre ha sido el arma fundamental de aquellos<br />

que se oponen a la concepción totalitaria del poder.<br />

Protagonistas de una batalla, de las ideas,<br />

que busca cuestionar entre la población, y en la<br />

opinión pública internacional, el poder ejercido<br />

por los gobernantes y establecer vínculos sociales<br />

entre todos aquellos que se oponen a este<br />

ejercicio del poder. De esta forma se construye<br />

lo que Vaclav Havel (1979) denominaba como<br />

“el poder de los sin poder”, un poder informal<br />

pero mucho más profundo, capaz de enfrentarse<br />

al poder institucionalizado. De esta manera, en<br />

la historia reciente hemos conocido fenómenos<br />

como el Samizdatz, la distribución clandestina<br />

de información prohibida en los países comunista,<br />

y en el que destacaron autores como el ya citado<br />

Václav Havel, junto a otros como Aleksandr<br />

Solzhenitsyn, Joseph Brodsky, o Adam Michnik 3 .<br />

La diferencia es que hoy en día, junto a la libertad<br />

para la circulación de información, la revolución<br />

tecnológica permite una distribución universal,<br />

masiva y prácticamente en tiempo real de la información,<br />

lo que ha generado un entorno global<br />

en el que valores, normas e ideas son distribuidas.<br />

Esto supone un cambio cualitativo, en el que<br />

la comunicación adquiere mayor protagonismo<br />

3 Como señalaba Vladímir Bukovski, el sistema consistía en: "Yo mismo lo creo, edito, censuro, publico, distribuyo, y resulto encarcelado<br />

por eso." (Vladímir Bukovski o Bukovsky, en su novela autobiográfica "И возвращается ветер..." (I vozvrashchaetsya veter..., "Y el viento<br />

regresa..."), Хроника (Jrónika, "Crónica"), Nueva York, 1978, página 126).<br />

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