COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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4.11. Defensa e imagen nacional<br />
en el siglo XXI<br />
Óscar Elía<br />
ANALISTA DE SEGURIDAD Y DEFENSA<br />
Como los teóricos clásicos de las relaciones internacionales<br />
no se cansan de repetir, los instrumentos<br />
mediante los que se desarrolla la<br />
política exterior de un país son dos: la diplomacia<br />
y la estrategia, según se desarrolle aquella<br />
en tiempos de paz o en tiempos de guerra. La<br />
distinción es irreductible, y surge a su vez de la<br />
previa diferencia entre la política interior y la<br />
exterior, entre la política nacional y la internacional.<br />
Como en tiempos de Tucídides, en la era<br />
de la "primaver árabe", de la compra de deuda<br />
soberana, del escudo antimisiles y de twitter,<br />
esta diferencia sigue siendo, aún confusa, primaria.<br />
Ante la imposibilidad de un Estado mundial que<br />
aglutine a toda la humanidad, las relaciones<br />
entre naciones se siguen desarrollando según<br />
el modelo hobbesiano: los Estados, en sus relaciones,<br />
no han salido del estado de naturaleza.<br />
Esta irreductible alteridad es la que permite<br />
que pueda hablarse de "imagen" de un país o de<br />
“marca” de un país ante los demás. La importancia<br />
creciente que, no sólo para España sino<br />
para todas las naciones del mundo, tiene la imagen<br />
presentada a los demás muestra que, en este<br />
siglo XXI que comienza, la competencia -pacífica<br />
o violenta- es un rasgo de las relaciones<br />
internacionales que tras el aparente paréntesis<br />
de los años noventa vuelve a ser característica<br />
fundamental.<br />
En la época actual, la imagen de un país recae<br />
sobre empresas, organizaciones no gubernamentales,<br />
representantes de la cultura y el arte<br />
o deportistas. Pero en sentido estricto, es el Estado<br />
el que sigue siendo el gran actor en las relaciones<br />
en el exterior: éstas siguen siendo ante<br />
todo relaciones interestatales más intensamente<br />
cuanto más nos alejamos de occidente. Y en<br />
este sentido, siguiendo a Raymond Aron, “las<br />
relaciones interestatales se expresan en y por las<br />
conductas específicas de dos personajes simbólicos,<br />
el diplomático y el soldado” 1 . El diplomático<br />
es la unidad política en el nombre de la<br />
cual habla; y el soldado es la unidad política en<br />
nombre de la cual lucha. Veamos como lo hace<br />
éste último.<br />
La Defensa, parte sustancial de la<br />
imagen nacional<br />
En la actualidad, como en el pasado, las relaciones<br />
entre estados implican la alternativa<br />
entre la paz y la guerra. Ésta sigue siendo la<br />
defensa de los intereses nacionales por otros<br />
medios. En palabras de Clausewitz, “la política<br />
empuña la espada en lugar de la pluma, pero<br />
no por ello deja de pensar de acuerdo con sus<br />
propias leyes” 2 . En la representación del Estado<br />
el diplomático es sustituido en tiempo de<br />
guerra y en el campo de batalla por el soldado;<br />
es cuando la espada sustituye a la pluma como<br />
instrumento de la política. Es cuando el solda-<br />
1 ARON, RAYMOND, “Paix et guerre entre les nations”, Calmann-lévy, 2004, p. 17.<br />
2 CLAUSEWIZ, “De la Guerra”, I, 1, §28<br />
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