COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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CAPÍTULO 1 > EL RETO DE LA DIPLOMACIA PÚBLICA. LA MARCA ESPAÑA<br />
que elaborar los mensajes, gestionar las entrevistas,<br />
preparar la documentación o editar los<br />
textos. Asimismo, a corto plazo, hay que producir<br />
contenidos periodísticos a las instituciones<br />
internacionales. Los argumentos, los datos y<br />
las informaciones precisas son de gran utilidad<br />
para los periodistas, que recurren a las fuentes<br />
oficiales para contrastar. Por eso, tienen que<br />
proporcionarse estos instrumentos y dotarles<br />
de un carácter público. Esto no es propaganda:<br />
no se trata de colocar una nota de prensa, sino<br />
de facilitar el trabajo a los periodistas especializados.<br />
Mención especial merece el auge de las redes<br />
sociales. En mi opinión, el valor añadido no reside<br />
tanto en la capacidad de publicar o compartir<br />
mensajes, sino en la capacidad de escuchar.<br />
Twitter es un gran laboratorio de ideas<br />
habitado, sobre todo, por periodistas, académicos<br />
y otros profesionales liberales. Es una herramienta<br />
muy potente para medir el impacto de<br />
una política, escuchar voces alternativas y dialogar.<br />
No creo que sea una herramienta tanto de<br />
emisión como de recepción.<br />
En el plano organizativo, puede constituirse en<br />
dos niveles. Por un lado, la tarea debe estar encomendada<br />
a periodistas. En España, hay numerosos<br />
profesionales de reconocido prestigio<br />
que podrían ordenar el trabajo diario y sacar<br />
partido a los proyectos y asuntos internacionales.<br />
Por otro, es recomendable que el gobierno<br />
entrene y nombre varios portavoces autorizados<br />
en materia de acción exterior. Se trata de tener<br />
voces propias, con un carácter definido, que sumen<br />
la perspectiva y el análisis español a la información<br />
internacional. En definitiva, consiste<br />
en la creación de nuevas fuentes y construirles<br />
el prestigio informativo.<br />
A título individual, sería conveniente la formación<br />
en competencias de comunicación convencional<br />
y digital. Existe un cierto debate sobre<br />
qué tipo de presencia oficial debe tener un<br />
servidor público, por ejemplo, en Twitter. En<br />
mi opinión, es un canal más que puede generar<br />
un alto valor para la reputación de un país<br />
mediante la personalización de las relaciones<br />
diplomáticas. La presencia puede generar otras<br />
externalidades. Se han documentado algunas<br />
situaciones incómodas por la publicación de algún<br />
comentario inoportuno en las redes sociales.<br />
En el caso de Jared Cohen y Alec Ross, altos<br />
cargos del Departamento de Estado de EEUU en<br />
2010, sus comentarios sobre la calidad del frapuccino<br />
en Siria en un momento de alta tensión<br />
tuvieron repercusión en la prensa especializada.<br />
¿Debe un alto cargo utilizar su cuenta personal<br />
para comentar la actualidad? ¿En calidad de<br />
qué? ¿Cómo? ¿Hasta qué punto? Esto es lo que<br />
hay que definir mediante una guía de uso medios<br />
sociales.<br />
En segundo lugar, a medio plazo, hay que alinear<br />
la acción exterior (las políticas concretas)<br />
con los mensajes con el ánimo de influir en las<br />
audiencias extranjeras. Las acciones se dirigen<br />
a la creación y al mantenimiento de la marca<br />
país, con especial atención a la elaboración del<br />
mensaje, las relaciones institucionales, la planificación<br />
publicitaria o el storytelling. Requiere<br />
el medio plazo para coordinar a todos los actores<br />
interesados. Javier Noya ya apuntaba la necesidad<br />
de de una agencia de coordinación entre<br />
ICEX, Ministerio de Defensa, Ministerio de Economía,<br />
Presidencia y otros actores con vocación<br />
internacional (2007:448). Al estilo del Advisory<br />
Commission on Public Diplomacy, en Estados<br />
Unidos, o el Public Diplomacy Board del Reino<br />
Unido hay que incluir a otros participantes de<br />
corte económico y empresarial. En mi opinión,<br />
ante su triple dimensión económica, cultural y<br />
política, las estrategias de diplomacia pública<br />
tienen que ser lideradas por la Presidencia del<br />
Gobierno y no por un Ministerio. Me refiero<br />
explícitamente a la idea de que la diplomacia<br />
pública es una tarea que incumbe a todos y que<br />
el liderazgo debe ejercerse desde el Consejo de<br />
Ministros. Por supuesto, el Ministerio de Exteriores<br />
debe ser quien ejecute el plan en colaboración<br />
con el resto de instituciones.<br />
En el medio plazo, importa la vertiente económica<br />
de la diplomacia. Los mensajes influyen<br />
en las relaciones comerciales, el turismo (el que<br />
viene y el que sale fuera) y en la creación de una<br />
red de relaciones. Exige una planificación para<br />
emplazar los sucesivos mensajes en las diferentes<br />
audiencias (elites, decisores políticos, ges-<br />
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