COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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4.5. LA ESTRATÉGICA UNIÓN ENTRE DIPLOMACIA PÚBLICA Y PLACE BRANDING: EL EJEMPLO AUSTRALIANO<br />
kings más importantes del mundo, sino de ofrecer<br />
argumentos para liderar el debate público.<br />
Dos realidades distintas, dos realidades<br />
complementarias<br />
Efectivamente, el cariz y la naturaleza de la diplomacia<br />
pública dista mucho de la razón de ser<br />
fundamental de la gestión de marca país; pero,<br />
pese a ese punto de partida divergente, ambas<br />
acciones tienen muchos más puntos en común<br />
que diferencias.<br />
Por un lado se encuentran las acciones de diplomacia<br />
pública, que buscan un contacto directo<br />
con actores distintos de los Estados. A diferencia<br />
de la diplomacia tradicional, la pública persigue<br />
la generación de diálogo y de relaciones fuertes.<br />
El debate público es su entorno natural.<br />
En otro lugar están las acciones de place branding.<br />
Una imagen de marca sólida y competente<br />
servirá para fortalecer esas relaciones que con<br />
tanto ahínco persigue la diplomacia pública.<br />
Pero también, una imagen coherente de un Estado<br />
le ayudará a ser comprendido en el debate<br />
público mundial. Con una fuerte imagen de<br />
marca, los Estados podrán llegar fácilmente a los<br />
más remotos rincones del planeta. Con una imagen<br />
única, por ejemplo, la Marca España podrá<br />
estar presente en los acontecimientos más importantes<br />
y relevantes, desde unos Juegos Olímpicos<br />
hasta las grandes conferencias de Naciones<br />
Unidas.<br />
La diplomacia pública hace hincapié en el debate,<br />
el place branding genera un enorme apoyo<br />
para facilitar las actividades de un Estado. Estos<br />
dos elementos deben convivir, pero no de cualquier<br />
manera. Una falta de coordinación podría<br />
ser muy peligrosa y provocar unos efectos sistémicos<br />
muy graves. La estrategia es primordial y<br />
la única manera de encontrar una vía inteligente<br />
que permita esta convivencia es observando la<br />
cuestión de la identidad.<br />
El liderazgo de la identidad<br />
La capacidad de liderar está íntimamente ligada a<br />
la personalidad. Por ejemplo, un deportista es líder<br />
debido a su capacidad para sobreponerse ante<br />
las situaciones difíciles y los retos que le plantea su<br />
deporte. En el caso de los Estados ocurre lo mismo,<br />
todos tienen algún rasgo que los hace diferentes<br />
y potencialmente líderes. Lo complicado es<br />
encontrar y desarrollar esas fortalezas.<br />
“Ser elitista, como explicó Goethe, supone ser<br />
respetuoso: respetuoso con lo divino, con la naturaleza,<br />
con los demás seres humanos y, por lo<br />
tanto, con nuestra propia dignidad” (STEINER,<br />
G., La idea de Europa, Ediciones Siruela, 2008,<br />
p. 28). Esta afirmación del intelectual francés es<br />
reveladora y nos sirve para comprender hasta<br />
qué punto es importante la cuestión de la identidad.<br />
Saber quiénes somos no sólo nos permitirá<br />
convivir con los demás, sino que nos dignificará<br />
y nos dispondrá a alcanzar nuestra propia situación<br />
de liderazgo respecto de los otros.<br />
Es un punto relevante encontrar la propia identidad,<br />
coherente con la naturaleza del Estado y<br />
con sus objetivos. No hablamos de cuestiones a<br />
largo plazo, sino de una identidad integral que<br />
pueda ser utilizada no sólo en el debate público,<br />
en las conversaciones y negociaciones con el<br />
resto de actores internacionales; sino también<br />
en la construcción de una imagen pública positiva.<br />
Por ello se ha escogido el caso de Australia<br />
como ejemplo de una correcta gestión de la<br />
imagen y de su aplicación a las herramientas de<br />
diplomacia pública y marca país.<br />
Australia Unlimited<br />
Con una superficie de más de siete millones de kilómetros<br />
cuadrados que lo convierten en el sexto<br />
país más grande del mundo y con una población<br />
que supera los veintidós millones de personas,<br />
Australia se antoja como un enclave geoestratégico<br />
de primer orden. Su historia, ligada a la Corona<br />
británica, le acerca a Occidente; mientras que sus<br />
fuertes vínculos económicos con China e Indonesia<br />
le unen a Oriente. Su multiculturalismo y<br />
su activa política exterior son factores que hacen<br />
muy interesante comprender cuál es el comportamiento<br />
de este gigante de Oceanía.<br />
Nos encontramos ante un país tan grande como<br />
Europa, con unas características socio-cultu-<br />
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