COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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4.12. LA CONTRIBUCIÓN DEL DEPORTE A LA MARCA ESPAÑA<br />
representa. El deporte encarna un sentimiento<br />
de pertenencia a un país al que la ciudadanía se<br />
siente adscrita y, por tanto, cada vez que entra<br />
en escena un deportista que representa a la<br />
nación encontramos en ese concurso (bien sea<br />
individual, bien colectivo) a ese portador de<br />
marca España tan fructífero.<br />
En esta línea hay que significar que todos los rituales<br />
que rodean a la actividad deportiva en los<br />
campeonatos internacionales coadyuvan a que<br />
se ponga de manifiesto la identidad española.<br />
Tanto las banderas que presiden las competiciones<br />
internacionales en las que toman parte los<br />
equipos españoles, como la interpretación del<br />
himno que precede la celebración de eventos<br />
de nuestras distintas selecciones nacionales son<br />
formas válidas de difusión de una nacionalidad,<br />
aspectos que suscitan curiosidad y atención por<br />
el hecho de ser una selección de alcance.<br />
Desde el preciso instante que un deportista opta<br />
por participar en un evento organizado por una<br />
Federación Internacional que, a su vez auspicia<br />
a todas las Federaciones nacionales, está representando<br />
a su país, aspecto que constata la<br />
ineludible asociación que se establece entre la<br />
práctica deportiva y la imagen española.<br />
Indiferentemente del público asistente, de si<br />
existe cobertura televisiva o no, o de si estamos<br />
ante un campeonato absoluto o de categorías<br />
inferiores, la realidad es que cada deportista que<br />
defiende los colores de España asume una porción<br />
de defensa del interés español. Esta innegable<br />
vinculación refleja la responsabilidad del<br />
deporte español como uno de los grandes activos<br />
de ese concepto polifacético que conocemos<br />
como marca España.<br />
En este punto se debe ser muy preciso. La responsabilidad<br />
en ningún caso debe traducirse<br />
en exigencia de éxitos, hay que tener en cuenta<br />
que lo importante es seguir afianzando un modelo<br />
de deporte español que funciona, que es<br />
sostenible, transparente y que está completando<br />
un palmarés cada vez más envidiable, pero<br />
que no por ello debe reducirse necesariamente<br />
al coleccionismo de títulos.<br />
Es cierto que los triunfos del deporte español<br />
redundan en una mayor visibilidad de nuestro<br />
país. Sin embargo, no se nos puede olvidar que<br />
en las derrotas –agradablemente esporádicas si<br />
nos atenemos a los resultados recientes- también<br />
el deporte español debe salir fortalecido<br />
por el carácter deportivo, y el respeto a las reglas<br />
del juego limpio de cada uno de nuestros deportistas.<br />
Ésa debe ser una prioridad para todos los<br />
dirigentes de nuestro deporte, la Marca España<br />
se sustenta en una deontología de necesario<br />
cumplimiento por parte de nuestros deportistas,<br />
entre la que destaca el respeto a los contrincantes,<br />
la asunción de la derrota, la implicación<br />
para evitar cualquier alteración del reglamento<br />
o la deportividad, entendida en su significado<br />
más esencial de presentar un comportamiento<br />
de respeto hacia las normas del deporte, y a su<br />
correspondiente arbitraje.<br />
España es un país respetuoso con los deportistas.<br />
Desde siempre se ha combatido con fuerza y<br />
eficacia los brotes de racismo. Se puede afirmar<br />
que en nuestro país prevalece el respeto hacia<br />
los deportistas de cualquier nacionalidad. Basta<br />
con contactar a los múltiples inmigrantes que<br />
integran el deporte español, que se manifiestan<br />
siempre agradecidos a España y que forman parte<br />
de los equipos y, en muchos casos, corresponden<br />
al país defendiendo los colores de la selección<br />
española. En la historia reciente del deporte<br />
español existen varios ejemplos de inmigrantes<br />
con ascendencia española que acabaron por defender<br />
con honor al país en el que habían desarrollado<br />
su carrera deportiva. Cuando hablamos<br />
de inmigrantes se debe traer a colación la figura<br />
de deportista femenina, tan estelar en el deporte<br />
de este país. Es cierto que se pretende que el número<br />
de licencias federativas de sexo femenino<br />
se incrementen en mayor medida, pero la realidad<br />
es que las que practican deporte federado en<br />
España son personas muy volcadas en la tarea,<br />
que sueñan con poder defender la bandera española<br />
en cualquier competición internacional.<br />
Ahora es el momento redoblar los esfuerzos para<br />
que la mujer deportista se sienta valorada y atendida.<br />
Las federaciones del deporte español deben<br />
ser conscientes de que en España la figura de la<br />
mujer “habla bien” del país gracias a su esfuerzo<br />
y dedicación, a veces conciliable con la mater-<br />
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