COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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CAPÍTULO 4 > NUEVAS TENDENCIAS. LA DIPLOMACIA DE LOS CIUDADANOS<br />
Este cambio se caracteriza por dos cosas: en primer<br />
lugar, por el auge de regiones y países que<br />
aspiran a convertirse en alternativas políticas<br />
e institucionales a la zona euroatlántica. Entre<br />
ellos destacan China, Irán, Rusia o Turquía, alguno<br />
de los cuales está soportando la crisis económica<br />
actual de manera más solvente que los<br />
países occidentales, y que buscan en ella una<br />
oportunidad. Se produce así un deslizamiento<br />
en términos de protagonismo estrategico, que<br />
afecta a España epor todo el globo.<br />
Además, en segundo lugar, estos países traen<br />
consigo -además de una fortaleza económica<br />
considerable y un rearme militar palpablesu<br />
propia versión de la modernidad política<br />
y de las instituciones. Poseen su propia legitimidad,<br />
alejada de la democrática y del libre<br />
mercado occidental. Lo que significa que el<br />
paradigma europeo está dejando de ser atractivo<br />
para ellos y el resto de países: la imagen<br />
construida por los europeos de ellos mismos y<br />
del mundo que desean está dejando de ser un<br />
modelo a seguir.<br />
En este entorno, enormemente volátil en lo<br />
geográfico y en lo ideológico, el tradicional sistema<br />
de seguridad colectiva está teniendo graves<br />
problemas de adaptación. La crisis del euro<br />
ha puesto de manifiesto divisiones políticas<br />
importantes entre los países europeos, y cierta<br />
debilidad de éstos ante otros países del mundo.<br />
En los últimos años las tensiones económicas,<br />
migratorias o diplomáticas entre los países europeos<br />
han hecho que, por primera vez en décadas,<br />
la propia unión política se ponga desde<br />
algunos sectores en entredicho. Lo que significa<br />
que el principal apoyo español en los últimos<br />
años en términos no sólo económicos, sino de<br />
percepción internacional, se pone en entredicho.<br />
También la OTAN está teniendo problemas para<br />
sobreponerse a la crisis y al escaso esfuerzo presupuestario<br />
europeo en materia de defensa, a las<br />
divisiones de los aliados en conflictos como el<br />
de Libia, a la retirada de Afganistán y al desinterés<br />
norteamericano en el área euroatlántica,<br />
sustituido por su creciente interés en el Pacífico.<br />
La Alianza, con su formidable potencial<br />
militar, ofrece hoy una imagen de impotencia,<br />
y de dificultades para encontrar un objetivo común<br />
a sus miembros.<br />
En estas circunstancias, la imagen como aspecto<br />
fundamental de la defensa se ve afectado<br />
por un cambio sustancial: el que implica volver<br />
la mirada a la nación, por encima de la organización<br />
internacional y la adscripción regional.<br />
Como se ha comentado anteriormente, lo que<br />
caracteriza a la defensa del siglo XXI es tanto su<br />
carácter global como el hecho de que la imagen<br />
de un país constituye parte fundamental de ella.<br />
En este punto, la ruptura de la imagen euroatlántica<br />
como modelo a seguir por otras regiones<br />
ha hecho que ésta se derive hacia la imagen<br />
que las naciones presenten de sí mismas y entre<br />
sí. Los países que sean capaces de ofrecer una<br />
imagen sólida y robusta en todos sus aspectos<br />
tendrán más oportunidades en la defensa de sus<br />
intereses y mayores garantías defensivas que<br />
aquellos que no lo logren.<br />
Por ello, la relación entre defensa e imagen de<br />
España adquirirá una importancia especial en<br />
los próximos años. Por un lado, sobre las Fuerzas<br />
Armadas recaerá la misión de proporcionar<br />
una disuasión creíble ante posibles agresores,<br />
disuasión autosuficiente y propia. Su imagen ya<br />
no irá asociada a la simple participación en organizaciones<br />
y misiones internacionales, sino a la<br />
solvencia para lograr una disuasión, primero, y<br />
una respuesta, después, a potenciales agresores.<br />
Pero la labor de las Fuerzas Armadas no será suficiente.<br />
La defensa dependerá de la imagen que<br />
como nación proporcione España en el exterior:<br />
de la fiabilidad de las instituciones españolas; de<br />
la solidez de su exonomía y de su tejido emoresarial<br />
y productivo; de la madurez de la sociedad<br />
española; de la extensión y profundidad de<br />
sus alianzas internacionales; y de la determinación<br />
de sus clases dirigentes. Factores que en un<br />
momento de globalización y complejidad en las<br />
relaciones internacionales constituyen un factor<br />
fundamental para disuadir a posibles agresores<br />
y persuadir a posibles aliados.<br />
Aquí, la gran asignatura pendiente de la sociedad<br />
española es cerrar definitivamente la<br />
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