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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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1.6. QUÉ QUEREMOS DECIR CUANDO DECIMOS ESPAÑA<br />

de hacerlo en la España de hoy, que la asimilación<br />

de nuevas costumbres, nuevos usos y nuevas<br />

formas de vida no ha anulado la vigencia de otras<br />

formas que los españoles consideran propias.<br />

Aunque con pobres resultados demográficos, la<br />

familia en España sigue siendo una institución<br />

valorada y vigente, con una solidez que otras<br />

sociedades aparentemente más conservadoras<br />

desconocen. La secularización no afecta al prestigio<br />

de la religión y la Iglesia católicas, como se<br />

ve en multitud de ritos y celebraciones de los que<br />

los españoles no parecen dispuestos a prescindir.<br />

Las costumbres cambian, pero la modernización<br />

acelerada no impide que sigan vivas las formas<br />

(de comida, de relación social, de trabajo, etc.)<br />

que los españoles consideran propias. La hipermodernidad<br />

de las actitudes y de los servicios<br />

convive con formas culturales que, otra vez, parecen<br />

venir del principio de los tiempos, aunque<br />

esto último no siempre sea cierto.<br />

Esta paradoja se repite en otro aspecto de la realidad<br />

española. Se suele escuchar que la sociedad<br />

civil española es considerablemente más débil<br />

que la de otros países, en particular los de tradición<br />

anglosajona. Es posible que sea así en ciertos<br />

campos, pero no lo es en todos. Si es cierto que<br />

el concepto de sociedad civil abarca elementos<br />

como la estructura de las creencias, instituciones<br />

como la familia o las organizaciones religiosas,<br />

o la cooperación de las personas con fines muy<br />

diversos (desde lo deportivo hasta la enseñanza)<br />

conviene matizar ampliamente este juicio 16 .<br />

Se puede caer en la tentación de atribuir al Estado<br />

–a la política y al moderno impulso democratizador-<br />

el casi monopolio de la modernidad, y a<br />

la sociedad civil española el papel de resistencia.<br />

Es lo que se ha venido haciendo durante mucho<br />

tiempo, con resultados que más de una vez han<br />

distorsionado la evolución y el progreso de la sociedad<br />

española. Probablemente es más ajustado<br />

a la realidad histórica, cultural y política española<br />

hablar de una sociedad en la que lo público ha<br />

desbordado, y sigue desbordando hoy en día, los<br />

límites de lo político. El primer ejemplo es la Corona,<br />

sin la cual no es comprensible la naturaleza<br />

plural de España. Desde el primer tercio del siglo<br />

XIX, la Corona española ligó su suerte al régimen<br />

constitucional, pero al mismo tiempo representa<br />

una nación española previa al pacto constitucional<br />

en el que se funda este. En última instancia,<br />

es una realidad (también nacional) previa a la<br />

nación política, propiamente moderna, que ha<br />

de garantizar los derechos de sus nacionales.<br />

Esta paradoja se encuentra en múltiples aspectos<br />

de la vida española actual. Ayuda a comprender<br />

la sociedad española en su realidad auténtica,<br />

una realidad en la que el espacio público es objeto<br />

de utilización y apropiación casi permanente,<br />

fuera de cualquier intencionalidad política. También<br />

permite percibir de qué manera muchas de<br />

las imágenes y los estereotipos más cursados de<br />

lo español se ven desbordados por la realidad, al<br />

mismo tiempo que esta realidad los corrobora en<br />

parte no adjetiva ni prescindible. A pesar de las<br />

dificultades, esta realidad española debería permitirnos<br />

deducir una imagen de lo español que<br />

recogiera, como se hizo en épocas anteriores, un<br />

rasgo distintivo, inmediatamente inteligible, que<br />

respete al tiempo la complejidad propia de lo español:<br />

la vida, la vida misma.<br />

Bibliografía<br />

El valor económico del español: una empresa<br />

multinacional, Fundación Telefónica, 2008.<br />

2012 Index of Economic Freedom, Heritage<br />

Foundation & The Wall Street Journal.<br />

BATLLORI, MIGUEL, S. I., y PERALTA, CEFERI-<br />

NO, S. I., Baltasar Gracián en su vida y en sus<br />

obras, Institución Fernando el Católico, 1969, p.<br />

15.<br />

CARO BAROJA, JULIO, El mito del carácter nacional:<br />

meditaciones a contrapelo, Caro Raggio,<br />

2004.<br />

CASTRO, AMÉRICO, España en su historia. Cristianos,<br />

moros y judíos, Aguilar, 1962<br />

DÍEZ DEL CORRAL, LUIS, La Monarquía hispánica<br />

en el pensamiento político europeo. De Ma-<br />

16 Ver los análisis de PÉREZ DÍAZ, VÍCTOR, p. e. Una interpretación liberal del futuro de España, Taurus, 2002.<br />

75

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