COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18
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CAPÍTULO 3 > LA CULTURA<br />
mente a través de la creación cultural y musical<br />
que en los dos últimos siglos se ha realizado desde<br />
el sur de la península ibérica, desde Andalucía,<br />
verdadera factoría cultural del país. Desde<br />
el sur, ha conquistado España, desde España, ha<br />
llegado a todos los rincones del planeta.<br />
Muchos de los iconos culturales de España han<br />
tenido su génesis y su nutriente en Andalucía.<br />
El flamenco es un ejemplo. Es una realidad que<br />
nos marca como país, que define nuestra manifestación<br />
cultural más distintiva, que se exhibe<br />
con éxito por los escenarios más prestigiosos, que<br />
forma parte de la programación musical y escénica<br />
de los teatros más importantes y que cosecha<br />
adeptos por todos los países, no importa la edad,<br />
el perfil social o la consideración académica.<br />
El flamenco seduce. Es sugestivo. Nos emociona.<br />
Traslada como pocas expresiones artísticas<br />
las motivaciones, estímulos y reflexiones que<br />
definen nuestra existencia. En este sentido,<br />
“flamenco y existencialismo parten de un mismo<br />
origen: encontronazo con la realidad. Sin<br />
embargo, son bien diferentes en cuanto a su<br />
final. El existencialismo desemboca en una angustia<br />
tremenda y sin solución; el flamenco, por<br />
su parte, tiende a echar la pena y a enjugarla con<br />
su expresión” 2 .<br />
La indiscutible dimensión existencial que reposa<br />
en las músicas, en las letras y en las coreografías<br />
del flamenco lo convierte en un arte sin<br />
fronteras, capaz de conectar emocionalmente<br />
con personas de todo el mundo porque el discurso<br />
de las emociones humanas es universal.<br />
Es aquí, precisamente, donde radica la universalidad<br />
de un arte que trasciende a sí mismo,<br />
que incide en otras corrientes musicales y se<br />
deja influir por otros ritmos y expresiones. Olvidar<br />
esta potencialidad es renunciar a uno de<br />
los perfiles más definitorios que definen la marca<br />
España desde un enfoque cultural, pero también<br />
comercial y turístico.<br />
Tal como asegura la antropóloga Cristina Cruces,<br />
una de las adalides de la nueva investigación<br />
flamenca, fundamenta sobre la solidez del<br />
método y no sobre la superficialidad inconexa<br />
de la erudición, “el flamenco sirvió para expresar<br />
la comprensión del mundo que rodeaba<br />
a quienes lo crearon y practicaron [...] Sirvió a<br />
la integración social como un modo de ritualización<br />
de lo colectivo, trascendente y más<br />
sublime que la individualidad de su ejecución.<br />
Convirtió las percepciones de lo cotidiano y de<br />
lo universal en una base para la expresividad y<br />
el sentimiento. Y junto a esta finalidad directa,<br />
inintercambiable, junto al valor de uso del flamenco,<br />
se instaló una funcionalidad profesional<br />
y económica” 3 .<br />
De esta forma, “el flamenco es, ante todo, expresión,<br />
expresión de los sentimientos humanos,<br />
y los diferentes palos, la variedad de sus<br />
cantes, se adecuan a los diferentes estados de<br />
ánimos del hombre” 4 , pero también un arte<br />
profesionalizado y comercial, que forma parte<br />
de los gustos y consumos culturales de miles de<br />
personas en todo el mundo.<br />
De todas formas, es conveniente precisar que<br />
el flamenco es más dúctil que fósil. Es un arte<br />
en constante evolución. No es una reliquia. No<br />
es una forma estanca. No deja de reinventarse.<br />
“No es un fósil histórico como lo demuestran su<br />
permanente renovación y la capacidad de identificación<br />
que suscita entre los andaluces” 5 . Su<br />
irreductible veta creativa es un tributo a la complejidad,<br />
a lo imprevisible, a la multiplicación<br />
de su riqueza y a la imprevisión de su destino. O,<br />
como afirma el profesor Arrebola, en el cante “el<br />
centro gravitatorio sería el hombre interior con<br />
sus sentimientos elementales de amor, odio,<br />
esperanza, temor, alegría, desesperación” 6 . Y es<br />
esta fuerza la que lo convierte en una propuesta<br />
cultural susceptible de emocionar a criaturas de<br />
todos los hemisferios.<br />
2 GARCÍA CHICÓN: Agustín: La muerte en la cultura andaluza, Servicio de Publicaciones Universidad de Cádiz, Cádiz, 1991, p. 65.<br />
3 CRUCES ROLDÁN, Cristina: Antropología y flamenco. Más allá de la música (II), Signatura Ediciones, Sevilla, 2003, p. 34.<br />
4 VERGILLOS GÓMEZ, Juan: Libertad o tradición: una especulación en torno a la estética del flamenco, Aquí+Más Multimedia, Cornellà<br />
de Llobregat, 1999, p. 44<br />
5 CRUCES ROLDÁN: Op. cit., p. 34<br />
6 ARRREBOLA, Alfredo: Antología de la poesía flamenca, Colección Ágora, Málaga, 1993, p. 16.<br />
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