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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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CAPÍTULO 2 > LA DIPLOMACIA ECONÓMICA<br />

¿Se acuerdan de aquéllos tiempos de gloria?<br />

Cuando José Luis Rodríguez Zapatero afirmaba,<br />

en 2007, que España estaba “a salvo de la crisis<br />

financiera”, agencias de calificación libres<br />

de toda sospecha, además de la Organización<br />

para la Cooperación y el Desarrollo Económico<br />

(OCDE) y el Fondo Monetario Internacional<br />

(FMI), alababan en sus informes “las realizaciones<br />

macroeconómicas de un país que, en el<br />

último decenio, ha acortado la diferencia entre<br />

su PIB per cápita con la media de la zona euro<br />

desde un 20% hasta un 12%” (OCDE); “un periodo<br />

de notable prosperidad en el que incluso<br />

se registran señales de un reequilibrio entre los<br />

factores de crecimiento, menos consumo interno,<br />

menor ritmo de la construcción, una mayor<br />

inversión empresarial y un aumento de las exportaciones”<br />

(FMI) 2 . Íbamos por el mundo con<br />

la cabeza bien alta.<br />

“Ni éramos tanto ni somos tan poco”. No es la<br />

conclusión de meses de estudio de un politólogo<br />

encerrado en un think tank. Lo suelta de golpe<br />

Eduardo, un ciudadano cualquiera, como pensando<br />

en voz alta. Vamos paseando en silencio<br />

por el centro de Madrid, yo camino a mi oficina,<br />

él al encuentro de un head hunter con quien tiene<br />

una entrevista de trabajo. Hace cuatro meses<br />

que está en el paro. Es un ingeniero altamente<br />

cualificado. Prefiere quedarse en España, pero<br />

si se tiene que ir, se irá. Como tantos de los más<br />

de cinco millones de parados consecuencia del<br />

exitoso modelo económico español. Seguimos<br />

la conversación. Hablamos de la autoestima nacional,<br />

de cómo la falta de confianza en nuestras<br />

posibilidades, puede convertirse en un lastre<br />

tan paralizante para el país como la crisis misma.<br />

Según el barómetro del Centro de Investigaciones<br />

Sociológicas de mayo, el 90,2% de los<br />

ciudadanos considera la situación como “mala”<br />

o “muy mala”, y el 72,7% opina que dentro de<br />

un año estaremos “igual” o “peor”. Eso por no<br />

mencionar al 93,7% que afirma que la situación<br />

no ha mejorado en absoluto respecto a 2011.<br />

Por si fuera poco, del mismo modo que los mercados<br />

-¿qué diablos son los mercados?- han<br />

conseguido que, en cuestión de meses, los españoles<br />

incluyamos en nuestro vocabulario<br />

conceptos como el de prima de riesgo, recesión<br />

o rescate bancario de los que, por cierto, hablamos<br />

mucho sin saber casi nada; la clase política<br />

española ha logrado que repitamos, como si de<br />

un mantra se tratara, frases que nos culpan de lo<br />

que está sucediendo. “Hemos vivido por encima<br />

de nuestras posibilidades”, es una de las más<br />

extendidas. ¿Ha vivido realmente usted por encima<br />

de sus posibilidades? Ponga la incertidumbre<br />

en un recipiente de gran capacidad, añádale<br />

dos partes de inseguridad laboral y otras dos de<br />

desconfianza, súmeles la culpa. Agite hasta el<br />

agotamiento: sea productivo. Decore la mezcla<br />

con una buena dosis de miedo. Ahora salga de<br />

viaje e intente presumir de España. Santiago<br />

de Chile, abril de 2012. “¿Qué está pasando en<br />

España? ¿Está todo tan mal como dicen? ¿Tienen<br />

trabajo? ¿Han pensado en salir del país? Son<br />

las preguntas con las que nos reciben esta vez.<br />

Adiós a la alfombra roja. Y el mes solo está empezando.<br />

Como dentro de nuestras fronteras, la imagen<br />

de nuestro país está de capa caída fuera de ellas.<br />

Recientemente, el embajador estadounidense<br />

Richard Boucher, secretario general adjunto de<br />

la misma OCDE que otrora nos alababa, declaró<br />

durante un seminario organizado por la Asamblea<br />

Parlamentaria de la OTAN en Marsella sobre<br />

la Primavera Árabe: “Hoy nadie quiere ser como<br />

España. España solo vale para el flamenco y el<br />

vino tinto”. Más allá del asombro de los asistentes<br />

al encuentro y de las posteriores disculpas<br />

ofrecidas por la Organización, a instancias, por<br />

cierto, del ministerio de Asuntos Exteriores,<br />

declaración y daño estaban hechos. Por esos<br />

mismos días, un desesperado Nicolás Sarkozy<br />

en campaña electoral, sabedor de que El Elíseo<br />

se le escapaba de las manos, arremetía contra el<br />

finalmente vencedor de las elecciones, el socialista<br />

François Hollande, responsabilizando de la<br />

recesión en España al mismo José Luis Rodríguez<br />

Zapatero al que un día admiró, mientras<br />

afirmaba: “No hay un francés que desee la situación<br />

que han conocido los griegos y que ahora<br />

conoce España”. Más allá de la burda profecía<br />

con que el hoy ex presidente de Francia advertía<br />

2 Carta a los lectores, Recesión, recuperación, España elige la ortodoxia, Economía Exterior, 54, Otoño 2010, p. 5<br />

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