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COLECCION ESCUELA DIPLOMATICA_NUM 18

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3.6. EL FLAMENCO MARCA LA DIFERENCIA CULTURAL DE ESPAÑA<br />

cañí y con la vocación de preservar su utilidad<br />

para proyectarnos mejor hacia el mundo. Solo si<br />

somos diferentes seremos priorizados, elegidos<br />

y recordados.<br />

En este sentido, el flamenco marca la diferencia<br />

cultural de España. El resto de manifestaciones<br />

musicales y escénicas no alcanzan está dimensión<br />

internacional y diferencial fuera de nuestras<br />

fronteras. Se han nutrido, más bien, de la<br />

reverberación y la recreación. La programación<br />

de todos los espacios escénicos del mundo contiene<br />

propuestas semejantes relacionadas con<br />

la música clásica, la ópera, el ballet, etc., disciplinas<br />

todas en las que España ha dado grandes<br />

creadores, compositores, intérpretes, arreglistas<br />

o coreógrafos, entre otras categorías profesionales<br />

de referencia. Sin embargo, el flamenco<br />

es nuestra gran aportación y, siempre que se<br />

aborda la posibilidad de su inclusión como propuesta<br />

cultural, de su investigación como ámbito<br />

de estudio, de su presencia en talleres, seminarios<br />

y demás posibilidades docentes como<br />

unidad de conocimiento para su aprendizaje,<br />

cada vez que nos situamos en esta tesitura, inevitablemente,<br />

hay que mirar hacia España, porque<br />

somos la referencia, el caudal y la fuente.<br />

De esta forma, el flamenco nos da personalidad,<br />

nos otorga reconocimiento y nos proporciona<br />

una indiscutible distinción cultural en su doble<br />

acepción posible: como sinónimo de identidad<br />

(nos hace diferentes y singulares frente a tendencias<br />

y modas culturales cada vez más volubles,<br />

efímeras, masivas y anamórficas) y como<br />

sinónimo de consideración y elevación, ya que<br />

nos coloca por encima del horizonte rayano de<br />

la repetición y del complejo subcultural<br />

En el PIB cultural de España pesa el PIF, esto es,<br />

el Porcentaje de Incidencia del Flamenco. Sin<br />

duda, este arte contribuye a compensar la balanza,<br />

a equilibrar los influjos, a no ser meros<br />

importadores de modelos culturales globales<br />

hasta el punto de exportar cultura al resto del<br />

mundo. Es difícil traducir en dígitos el impacto<br />

de esta realidad, revertir en cifras esta reveladora<br />

evidencia. Quizás porque toda manifestación<br />

conectada a la creación humana es inmanentemente<br />

invertebrada y porque, como consecuencia<br />

de lo anterior, de esta manifestación<br />

artística conocemos todas las letras, pero, al<br />

tiempo, desconocemos todos los números, y<br />

sólo a través de la aridez despersonificada de los<br />

guarismos es posible mensurar la dimensión del<br />

flamenco como industria cultural, generadora,<br />

no solo de identidad, sino de riqueza.<br />

Desde una perspectiva exclusivamente cultural,<br />

en parte, somos conocidos en el mundo entero<br />

por la imparable expansividad del flamenco.<br />

Nos proyecta como país y nos reviste de una<br />

identidad singularizada a través de su estética<br />

y de sus formas musicales. Existen academias<br />

para el aprendizaje del flamenco en sus tres modalidades<br />

posibles (cante, toque y baile, principalmente<br />

éste último) en los cinco continentes<br />

y las más importantes ciudades del mundo (París,<br />

Nueva York, Washington, Londres, Amsterdam,<br />

Tokio, entre otras) cuentan con ciclos<br />

específicos de flamenco en su programación escénica<br />

y musical.<br />

Aquí hallamos una de las paradojas del flamenco:<br />

es la expresión cultural más nuestra y, al<br />

mismo tiempo, más internacionalizada. Y es<br />

que, como manifestación artística, ha deambulado<br />

siempre con facilidad por el terreno de la<br />

dualidad en lo estético, en lo conceptual, en lo<br />

musical, en lo humano. Es trascendente y liviano.<br />

Español e internacional, de aquí y de todo<br />

el mundo. Constituye una auténtica filosofía<br />

del ser humano. “Como el hombre no sólo tiene<br />

conflictos, sino que ya de por sí es un conflicto<br />

por su naturaleza dual: alma y cuerpo, bruto y<br />

ángel, tiempo y eternidad, nada prehistórica y<br />

destino absoluto, una filosofía del hombre tiene<br />

que ser, en este sentido, dualista” 1 . Y el flamenco,<br />

lo es. Así, es capaz de transmitir la alegría en<br />

el compás de la bulería y la devastadora tristeza<br />

de la desazón en los lamentos profundos de una<br />

seguiriya.<br />

En todo caso, una cuestión se presenta incontrovertible:<br />

el flamenco es internacional, pero<br />

tiene cuna, y esa cuna es España, muy especial-<br />

1 BASEVE FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín: Filosofía del hombre, Colección Austral, México D.F. (México), 1978, p. 21.<br />

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