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ARTE DE LA LENGUA GUARANI POR EL P. ANTONIO RUIZ ... - celia

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La mayor dificultad que hay aquí es saber conocer bien, cuándo el romance es del<br />

temi, y cuándo no, porque los principiantes lo suelen confundir con el romance del participial<br />

háva, del cual hablaremos después, y para que echen de ver esta dificultad:<br />

Es romance del temi: 'lo que yo doy', y no es del temi, sino del háva, este otro tan<br />

parecido a ése: 'lo que yo enseño'.<br />

Es también romance del temi: 'a quien yo enseño', y no es del temi, sino del háva: 'a<br />

quien yo doy', y son ambos del temi: 'lo que yo amo', 'a quien yo amo'. [A111]<br />

La regla pues para no errar es ésta: todas las veces que el romance del participio »lo<br />

que« o »a quien« se refiere al caso paciente, es a saber, al caso que debiera estar en<br />

Acusativo; si el verbo se usará sin romance de participio, será romance del temi; pero si mira<br />

y se al ultra caso, es a saber: al Dativo o Ablativo, será del háva. De lo dicho se sigue que el<br />

primer romance »lo que yo doy«, es del temi, porque mira caso Acusativo; pues 'lo que yo<br />

doy', es el caso paciente »quod ego do«, y por consiguiente se ha de decir cheremime'ẽ.<br />

El segundo romance, »lo que yo enseño«, no puede ser del temi, porque el verbo<br />

ambo'e pide Acusativo de persona; 'lo que yo enseño', no trae persona paciente, sino la cosa<br />

que se enseña, que es la virtud, la lección &c., que siempre va en Ablativo, E. G. ñandejára<br />

Jesucristo rako ñande mbo'e teko marãngatu rehe, 'Jesucristo nuestro señor nos enseñó la<br />

virtud'; el caso paciente aquí es ñande, 'nosotros que somos enseñados, seu instruidos'; lo que<br />

nuestro señor nos enseñó es la virtud, que es ultra caso, como en la lengua latina se ve más<br />

claramente, porque la oración Christus dominus docuit nos virtutem, por pasiva se dice: a<br />

Christo domino docti sumus nos virtutem, y en ninguna manera se puede decir: virtus docta<br />

est, porque la virtud no es capaz de ser enseñada, seu instruida; este romance pues: 'lo que yo<br />

enseño', no es del temi, sino del háva, como se dirá después, porque no trae persona paciente,<br />

sino el ultra caso que es la virtud. El romance propio del temi para el verbo ambo'e, y<br />

cualquiera [A112] otro que pidiere por paciente caso de persona, es »a quien yo enseño«, E.G.<br />

'fulano es a quien yo enseño, o el enseñado de mí', ahẽ rako cheremimbo'e, &c. 56<br />

Al contrario, en los verbos que piden Acusativo de cosa y ultra caso de persona, el<br />

romance del temi no es »a quien«, sino »lo que«, porque éste y no aquél, trae caso paciente;<br />

sean por ejemplo dos oraciones, la una que dice: 'esta es la ropa que yo dí a fulano'; la otra:<br />

'fulano es a quien yo dí la ropa'. En estas dos oraciones, el caso paciente es la cosa dada, id<br />

56 Las frases latinas están, la primera en voz activa: 'Cristo Señor nos enseñó la virtud'; la segunda en voz<br />

pasiva: 'por Cristo Señor somos enseñados la virtud'; la tercera, también en voz pasiva: 'la virtud es enseñada'. La<br />

fórmula "ultra caso" expresa que una palabra o frase trasciende semánticamente los límites normales de una<br />

declinación.<br />

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