relacio museo-territorio e impleme tació didáctica: museo de la ...

Fase de documentación: fuentes documentales consultadas y primera elaboración de datos
En 1908 aparece un artículo del alcalde Joaquín Álvarez de la Villa, quien ante
la realidad negativa, reflejada en el acta de 1908, se ve en la obligación de recordar
ciertos puntos básicos de una ley que llevaba por entonces en vigor cincuenta y un años.
3.1 En relación con el absentismo escolar
La lucha contra el absentismo escolar en Cabranes comienza desde que en 1902
la Junta Local de Enseñanza acuerda exigir mayor responsabilidad a los padres:
Acta del 31 de julio de 1908
Manifiesta el señor maestro que el problema más importante que la Junta tiene que
resolver en la actualidad es la asistencia de los niños a las escuelas que todos califican
de pésimas y conceptúan como el mayor obstáculo que dificulta la labor de los mismos.
Que es preciso pues afrontar tal cuestión sin pararse en las dificultades que todos saben
existen (sic) individualmente para obligar a los padres o encargado a enviar a sus hijos o
pupilos a las escuelas. En su virtud se propone y así se acuerda por unanimidad que
todos los maestros del concejo emitan mensualmente a la alcaldía relaciones de las
faltas de asistencia de sus discípulos y que el Sr. alcalde sin movimiento alguno proceda
a imponer las multas en conformidad con lo dispuesto en los artículos 7º y 8º de la Ley
de 1857.
Por parte de las autoridades, se inicia un seguimiento de la asistencia del
alumnado, exigiendo partes periódicos, confeccionando bandos y publicando artículos
sobre la necesidad de la educación. En el periódico:” El Eco de Cabranes” se encuentran
referencias al absentismo escolar, recogidas de la ley Moyano 116 :
Art. 7. La primera enseñanza elemental es obligatoria para todos los españoles. Los
padres y tutores o encargados enviarán a sus hijos o pupilos desde la edad de seis años,
hasta la de nueve.
Art. 8. Los que no cumplieren con ese deber, serán amonestados y compelidos por la
autoridad y castigados en su caso con la multa de 2 hasta 20 reales.
Para el cumplimento de la ley de Instrucción Pública de 1857 se dictó el R.D. de 23 de
febrero de 1883, el cual, tras un luminoso preámbulo, encareciendo la necesidad de
difundir la primera enseñanza porque dice: “nadie puede invocar sobre un menor, ni
aún habiéndole dado el ser, el bárbaro derecho de mutilarle, ni nadie tiene tampoco
116 Según queda recogido en “El Eco de Cabranes” en julio de 1908.
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