relacio museo-territorio e impleme tació didáctica: museo de la ...

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Conclusiones
Podemos afirmar, desde nuestra experiencia, que el trabajo del guía facilita el
conocimiento del público, por medio del intercambio que se produce entre éste y los
visitantes, lo cual hace que el museo se retroalimente, de forma que la información
constituye el pie y la base para nuevos trabajos y enfoques.
El material didáctico diseñado para el museo, especialmente nos referiremos al
llamado “itinerario-guía”, viene a paliar la imposibilidad de que cada visitante realice
una visita guiada. El cuadernillo, guía de mano, constituye un recurso físico de visita
autoguiada. Este tipo de visitas es muy autónomo, ya que permite que sea el propio
usuario quien decida qué puntos quiere consultar, con qué ritmo desea realizar la visita
y qué contenidos quiere ampliar. El material fue concebido para ser utilizado de forma
individual, o formando parte de la carpeta diseñada que contiene actividades para
realizar la visita en familia. El contenido de la carpeta es indicado para público infantil
entre ocho y once años. Las actividades obedecen a la propuesta de crear un material,
para trabajar en familia, que desarrolle la empatía del niño y estimule su curiosidad
durante la visita. Su objetivo es que imaginen la vida en otras etapas, sin las
comodidades técnicas que actualmente nos rodean, y valoren los cambios que se han
producido respecto a la vida cotidiana y al contexto escolar. Para ello se crearon cuatro
personajes infantiles que acompañan al visitante en el recorrido, proponen preguntas,
sugieren comparaciones y plantean enigmas.
Estrechar la relación museo-escuela fue una acción considerada prioritaria en el
proyecto, ya que la necesidad de entablar una mayor comunicación entre estas dos
instituciones, es una preocupación constante para los museos en general. Se pretendió
incluir el museo en la actividad educativa escolar, dentro del proceso enseñanzaaprendizaje,
puesto que el contexto museal ofrece un entorno idóneo para la realización
de actividades, favoreciendo el contacto directo con el objeto y la experimentación con
éste. Desde ese punto de vista se programaron actividades, diferenciándose de la
estructura y metodología propia del ámbito escolar, para que pudiera materializarse en
una experiencia enriquecedora para ambas instituciones. Esta concepción implica una
estrategia conjunta por parte del museo y los centros educativos. Si bien debemos decir
que para llegar a mantener una relación simbiótica, aún hay que vencer numerosas
barreras. Nuestro bagaje cuenta con escasas experiencias óptimas en este sentido, no
obstante pensamos que es necesario perseverar por parte del museo, para cambiar el
concepto tradicional que tienen los centros, a cerca de cómo debe transcurrir la visita al
museo, para que ésta resulté satisfactoria es necesario efectuar una buena planificación
previa, creando material didáctico adaptado a las actividades que se van a desarrollar,
así como procurar que el material creado esté disponible en la Red, para ser descargado
por los profesores. De este modo, al realizar la cita para acudir al museo, el profesorado,
informado de esta circunstancia, tal como proponen Allar y Boucher, podrá trabajar con
el alumnado en tres etapas sucesivas: antes, durante y después de la visita, en dos