CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:91<br />
experimenta, ocurre a menudo que no le convienen, y abandona el<br />
molino que se oxida en un rincón, como lo hemos observado en Sta.<br />
Rosa.<br />
Cuando una comunidad acepta una propuesta de innovación técnica<br />
con la comprensión sólo del sentido lexical de las palabras (sólo ve la<br />
cosa, mas no su manejo), no tenemos ninguna garantía que sea aceptada<br />
también con su sentido práctico, que los comuneros descubren más tarde,<br />
cuando tendrán que integrar la innovación técnica en el ritmo de vida<br />
y las actividades cotidianas. Lamentablemente, los proyectos, cuando<br />
se los diseña, no contemplan como un problema en sí la integración<br />
técnica, social y económica de la innovación técnica en la vida cotidiana<br />
de la comunidad. Y si no ven este problema, es porque suponen que la<br />
motivación de los comuneros por mayores ingresos gracias a la plusvalía<br />
de su producto es suficientemente fuerte para que acepten nuevas tareas<br />
y responsabilidades y un cambio en sus actividades diarias.<br />
Aquí tocamos la tercera razón del malentendido entre promotores y<br />
bosquesinos. Si bien es cierto que el bosquesino desea ganar más dinero,<br />
no está dispuesto a aceptar cualquier condición para satisfacer este deseo.<br />
El “bienestar bosquesino”, que definiremos más adelante en todas sus<br />
dimensiones, corresponde a un estándar de vida positivo que satisface las<br />
necesidades bosquesinas diarias (aun cuando éstas no son las mismas de las<br />
de los ciudadanos urbanos), y es en relación a este tipo de bienestar que el<br />
bosquesino “evalúa” cualquier cambio que un proyecto quiera introducir<br />
en su vida diaria. Como este cambio se hace evidente para el bosquesino<br />
una vez que la innovación – el molino de arroz, la crianza de chanchos<br />
de raza, la piscigranja, la máquina de luz, etc. ha llegado a la comunidad,<br />
es decir cuando la mayor inversión ya se ha hecho, observamos tantos<br />
fracasos de proyectos que no han logrado combinarse con los criterios<br />
bosquesinos de bienestar personal y social.<br />
La intercomprensión entre promotores y bosquesinos es, desde<br />
luego, un asunto, a la vez, de lenguaje (hay que usar el lenguaje<br />
bosquesino, es decir: sus formas de discurso), de diferencia entre sentido<br />
lexical (compartido por ambos) y sentido práctico (no compartido) y de<br />
una apreciación errada de parte de los promotores de las motivaciones<br />
y prioridades bosquesinas (mayores ingresos sí, pero no a cualquier<br />
condición, es decir, conservando el bienestar bosquesino) 20 .<br />
20 En el artículo “El Ingeniero, el Proyecto y la Comunidad”, reproducido en anexo a este tomo, Carlos<br />
Suárez ha comprendido bien que los comuneros quieren trabajar en el aserradero comunal propiciado por<br />
el Proyecto, pero rotativamente, alternando esta actividad que procura ingresos monetarios con sus otras<br />
actividades habituales en las chacras, el río y el bosque, mientras que el Ingeniero, que allí implementa el<br />
Proyecto, quiere establecer una segunda máquina a fin de que todos los comuneros trabajen todos los días