CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
TOMO I:145<br />
no tiene otra alternativa para acceder al bien de su gusto — y accede<br />
a ello de un solo golpe y sin esfuerzo de ahorro —, y generalmente<br />
respeta la relación personal de confianza, aun cuando a veces los lapsos<br />
de la devolución del valor exceden las expectativas del habilitador. La<br />
obligación de trabajar inducida por un “regalo” recibido con anticipación<br />
resulta de la regla de reciprocidad que está profundamente anclada en<br />
la vida social bosquesina. De esta manera, la habilitación tiene dos<br />
caras: una cara económica que mira hacia el habilitador y favorece su<br />
interés explotador, y una cara social que mira hacia el habilitado y que<br />
expresa los valores sociales inter-personales ligados a la reciprocidad y<br />
la solidaridad bosquesinas. Los patrones de los años treinta a setenta<br />
han sabido explotar esta relación cualitativa en beneficio de notorias<br />
ganancias cuantitativas a través de esa sobre- y sub-valoración constante<br />
de los bienes adelantados, respectivamente los productos recibidos. Casos<br />
semejantes se siguen dando en ambas zonas estudiadas, aunque hoy en<br />
día se trata precisamente de casos y no más de relaciones continuas de<br />
endeudamiento.<br />
En Pucaurquillo del Ampiyacu, el presidente de la<br />
comunidad, un mestizo casado con una mujer huitoto, en<br />
noviembre de 2002, fue habilitado con dinero por una<br />
empresa maderera de Iquitos. Él, a su vez, habilitó con parte<br />
de este dinero a unos seis comuneros entregándoles bienes<br />
(pequepeque). Éstos sub-habilitados contrataron obreros<br />
entre los comuneros a los que pagaban jornales (S/. 10.00)<br />
con el dinero recibido de habilitador principal, y entregaron<br />
el producto de la faena al habilitador principal que valoró<br />
el pié cuadrado de madera blanca S/. 0.18, mientras que<br />
la empresa iquiteña le iba a pagar S/. 0.20. Como arriba<br />
lo mencionamos, los obreros hubieran podido aumentar el<br />
número de trozas cosechadas — y con eso las ganancias del<br />
habilitador y de los sub-habilitadores —, si no hubieran,<br />
al mismo tiempo, cazado y pescado siguiendo su gusto por<br />
la diversificación de las actividades y el consumo de carne<br />
y pescado. Durante los días dedicados a estas actividades los<br />
jornaleros no recibían pago. La satisfacción del gusto (comer<br />
carne o pescado en vez de enlatados) predominó sobre el afán<br />
de ganancia monetaria.