CIES SOCIEDAD BOSQUESINA - digeibir
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TOMO I:226 • <strong>SOCIEDAD</strong> <strong>BOSQUESINA</strong><br />
Lo más probable es que los promotores de la conservación y el manejo<br />
subvencionados tengan una representación de la manera de que se debe<br />
“técnicamente” manejar el bosque para conservar la biodiversidad, que<br />
tengan lo que se puede llamar “modelos técnicos” para la reforestación y<br />
el enriquecimiento de purmas (que abarca la así llamada “agroforestería”),<br />
así como para el manejo de la fauna y de la crianza. Para dar un sólo<br />
ejemplo: La reforestación o la agroforestería de los ingenieros forestales<br />
obedecen a modelos de siembra ordenados y sistemáticos: por filas<br />
paralelas o intercaladas, con distancias fijas entre individuos de la misma<br />
o de diferentes especies, etc. (cf. p. ej. Dubois 1996). Tales modelos son el<br />
resultado de experimentaciones e investigaciones en terrenos que sirven<br />
de laboratorio a las instituciones académicas.<br />
Los patrones bosquesinos de siembra no son reconocidos como<br />
modelos por los técnicos urbanos que ven en las chacras y purmas un<br />
desorden y el reino de la arbitrariedad. Son los antropólogos los que han<br />
descubierto que detrás de un aparente desorden de los cultivos en la chacra<br />
y la purma existen criterios y modelos que explican el patrón de siembra,<br />
de cosecha, de deshierbe y de regeneración del bosque (cf. Cerón 1991,<br />
Denevan y Padoch 1990, Descola 1989, de Jong 1995, Gasché 2002b,<br />
2010 y otros), es decir, que explicitan las diferentes formas de racionalidad<br />
que guían al horticultor y la horticultora bosquesinos en su actividad<br />
hortico-forestal. En la medida en que los modelos bosquesinos son el<br />
resultado se su larga experiencia de ensayos y observaciones, en parte<br />
hechos por ellos mismos, en parte por sus antepasados, conviene prestar<br />
la debida atención a los méritos de estos modelos. Los promotores, desde<br />
luego, deben estar familiarizados con los modelos hortico-forestales (el<br />
manejo de chacras y purmas y de la regeneración del bosque) que que se<br />
aplican en las diferentes variantes de la sociedad bosquesina para integrar<br />
la reforestación y el enriquecimiento de purmas en los ciclos estacionales<br />
de actividades y utilizar las técnicas y criterios de siembra ya practicados<br />
por los bosquesinos (p. ej. las que se emplean en la siembra de árboles<br />
frutales — con semillas — o de bejucos y yucas — con estacas — o de<br />
plátanos y camote — con hijuelos —). En vez de imponer un modelo<br />
ordenado y sistemático, es preferible dejar el patrón de siembra al criterio<br />
del bosquesino acostumbrado a evaluar el suelo de cerca, el cual no es tan<br />
homogéneo como el modelo académico lo postula. Eso no excluye un<br />
diálogo entre promotor y bosquesino sobre criterios que son importantes<br />
en la reforestación, como p. ej. la previsión del desarrollo de la corona<br />
del árbol para evaluar la distancia entre dos individuos o la necesidad de<br />
una plantación muy espaciada del cedro para evitar o disminuir el ataque